'Argentina nunca ha construido una identidad nacional'
El ingeniero Mauricio Macri, de 43 años, presidente del popular club de fútbol Boca Juniors de Buenos Aires y portador de un apellido de propietario de grandes empresas, se ha lanzado a la política y esconde, todavía a duras penas, sus ambiciones de llegar un día a presidente. Macri cree llegado el momento de saltar al ruedo y aprovechar el descrédito de unos políticos incapaces de construir en Argentina una identidad nacional. Considera simplista Macri establecer paralelismos con el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que llegó al cargo desde la presidencia del Milan y rechaza que lo etiqueten.
Pregunta. ¿Está usted lanzado a la presidencia de Argentina?
Respuesta. Estoy lanzado a la política y convencido de que quiero y puedo ayudar a mi país. Si vamos a hacer política de una manera distinta, antes de hablar de candidaturas vamos a tener proyectos concretos, con un equipo de primer nivel que sea capaz de implementarlos.
P. ¿Tiene la solución para Argentina?
R. Yo tengo un equipo de hombres que está trabajando duramente para presentar una propuesta muy buena para Argentina y la ciudad de Buenos Aires.
P. ¿Las dos opciones, presidente o intendente de Buenos Aires, están abiertas?
R. Exactamente. Argentina siempre ha sido una Argentina de la improvisación. Faltan 10 días y uno dice: yo quiero ser candidato, y cuando gana dice: '¿Alguien sabe de impuestos' para ponerlo en la recaudación de impuestos, o: '¿Alguien sabe de seguridad?' para ponerlo en el Ministerio de Defensa. Siempre ha habido una improvisación permanente y falla la capacidad de gestión.
P. ¿Está dispuesto de verdad a hacer una reforma fiscal?
R. Todo tiene que hacerse. Argentina hay que refundarla. Hay que hacer una reforma fiscal integral en la forma de recaudar impuestos y qué impuestos se recaudan. En la desesperación por no saber cómo recaudar hemos ido montando impuestos, todos regresivos, que van contra la producción y la creación de empleo.
P. ¿Qué le parece a usted lo que dijo el presidente de Uruguay? [El presidente Jorge Batlle dijo que todos los argentinos son 'una manga de ladrones].
R. Fue un exabrupto, más allá de que el contenido sea acertado.
P. ¿Cree que basta con las disculpas que presentó?
R. Tenemos tantos problemas que detenernos más en el tema no vale la pena.
P. ¿Cuáles son los males de Argentina?
R. Si uno parte de analizar la calidad del talento humano que hay, el nivel de recursos naturales que uno tiene y ve el resultado, hay que convenir que lo que ocurre no es producto de la casualidad. Hay algo de fondo que falla. Argentina nunca ha construido una identidad nacional y nunca ha tenido un proyecto de crecimiento por encima de cada uno de los intereses individuales de los sectores de Argentina.
P. ¿Ni siquiera con Perón?
R. Yo diría que ni siquiera con Perón. Él tampoco llegó a arrastrar a toda la dirigencia argentina. Más bien la fracturó, aunque haya conseguido reivindicar al trabajador de una forma muy importante.
P. ¿Usted se presentaría dentro del Partido Justicialista [peronista]?
R. No descarto la versión de la nueva política, pero hoy creo todavía que el peronismo tiene la oportunidad de presentarle a la sociedad una propuesta nueva, moderna, integradora al mundo, y que la gente vuelva a confiarle para que administre el país por cuatro años. Pero dentro de una renovación. Si el peronismo va con una propuesta que tenga que ver con la vieja política, puede llegar a perder.
P. Eso quiere decir fuera Menen, fuera Duhalde...
R. Fuera todos aquellos que no signifiquen nuevas ideas y la esperanza de recuperar la confianza perdida de la sociedad.
P. Una agencia informa de que en Quilmes, al lado de la capital, la gente come ratas, sapos, gatos. En un país de 37 millones de habitantes y 50 millones de vacas tocan a vaca y media por habitante. ¿Qué se siente al vivir en un país así?
R. Es uno de los cinco países del mundo que se autoabastece en alimentos. Lo primero me genera incomodidad y me duele, porque es una verdad y pone en evidencia nuestra falta de reglas de convivencia. En un país donde el alimento sobra no tenemos una forma de poder manejarnos. Tiramos leche, frutas y hortalizas, y la gente recurre a esta forma de alimentación tan llamativa, por decirlo de alguna manera. De una manera tan indignante. No hay otra posibilidad que plantearse recuperar la confianza, establecer un proyecto nacional y volver a crecer y generar empleo para que este tipo de cosas no sucedan más.
P. ¿Dónde se situaría usted políticamente?
R. Yo me siento un hombre de centro. Más apegado al sentido común que a la ideología.
P. ¿Su apellido no es una carga negativa para hacer carrera política?
R. No. Yo lo que he aprendido con mi padre, en las empresas familiares, ha tenido que ver con la generación de empleo y creo que es mucho de lo que habla la gente como necesidad primaria: volver a poder trabajar. Después yo construí una identidad propia a través de lo que he hecho en Boca. La gente conoce a una persona con la que ha convivido seis años cada día a través del fútbol. Eso me ha servido para relacionarme con la gente y ganarme un cierto respeto. Siempre que he dicho blanco ha sido blanco y cuando dije negro ha sido negro. He demostrado una coherencia entre lo que digo y lo que hago.
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