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Derrumbe mortal en L'Hospitalet

Una explosión de gas, entre las hipótesis

Una persona resultó muerta ayer y seis heridas de diversa consideración, una muy grave, al derrumbarse tres de las cinco plantas de un edificio en L'Hospitalet de Llobregat por causas desconocidas. El bloque fue construido en 1967 con una estructura y unos materiales deficientes, según explicó el alcalde de la ciudad, Celestino Corbacho. Hace 10 años, además, había sido reparado por sufrir aluminosis y en la parte posterior del edificio se estaban realizando obras para construir un enorme aparcamiento subterráneo. Pese a todo ello, fuentes municipales descartaron que la causa del siniestro fuera alguno de estos motivos y apuntaron la posibilidad de una explosión. Horas después del suceso, el edificio fue completamente derruido.

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El siniestro se produjo a las 5.40 horas en el número 8 de la calle de Uva de L'Hospitalet, en el popular barrio de Santa Eulàlia. Tres de las cinco plantas de la parte trasera del edificio se vinieron abajo y en pocos segundos se produjo un amasijo de cemento, hierro y los enseres más diversos que pueda haber en una vivienda. Las plantas afectadas son las tres superiores correspondientes a las viviendas de las puertas segundas.

En ese edificio hay censadas 24 personas y a la hora de producirse el siniestro 22 permanecían en su interior. Catorce de ellas vivían en la parte delantera del bloque, correspondiente a las puertas primera de cada planta, y fueron rescatadas de sus viviendas por los bomberos. Las otras siete dormían en sus casas y otra a la que en principio se dio por muerta había salido del inmueble para ir a trabajar tres cuartos de hora antes de producirse el siniestro.

El fallecido es Andrés García Guerrero, un trabajador de Correos de 40 años que vivía solo en el segundo segunda del edificio. Su cuerpo fue rescatado por los bomberos del amasijo de cemento sobre las tres de la tarde, después de que durante toda la mañana se temiera lo peor, pues se había encontrado entre los escombros su DNI. La segunda persona por cuya vida se temía es Antonio Barroso Vallejo, que había salido a trabajar y regresó a primera hora de la tarde al enterarse de lo ocurrido.

Escenas dantestcas

La espectacularidad del derrumbe provocó escenas dantescas al quedar atrapados los vecinos entre los escombros. Dos vecinos marroquíes fueron los primeros en salir en auxilio de las víctimas, entre ellas una niña y su madre. Alguno de los afectados quedó suspendido en el vacío durante unos minutos hasta que pudo ser rescatado. Después de recibir los primeros auxilios, los heridos fueron trasladados al hospital de Bellvitge y al de la Cruz Roja de L'Hospitalet. La familia que resultó peor parada fue la que habitaba en el ático segunda. El padre, José Ruiz Fernández, de 50 años, se encuentra en estado muy grave ya que sufre politraumatismo y heridas en diversas partes del cuerpo, si bien no se teme por su vida. La madre también se encuentra herida de gravedad y los dos hijos están heridos leves. Otras dos personas también resultaron heridas de carácter leve.

El edificio empezó a ser derruido por completo a primera hora de la tarde. 'Es el ejemplo de lo mal que se construía en L'Hospitalet en los años sesenta', explicó el alcalde de la ciudad, Celestino Corbacho. Al parecer el inmueble no tenía unos cimientos sólidos y los materiales con los que había sido construido eran muy deficientes. Se le había abierto un expediente municipal por aluminosis en el año 1991 y se había reparado reforzándolo con vigas de hierros. Ese expediente se cerró en diciembre de 1994. Un año después se concedió otra licencia, probablemente para realizar obras de mejora o ampliación en algún piso, aunque ese detalle no pudo ser concretado ayer por fuentes municipales.

El director general de Emergencias y Seguridad Civil de la Generalitat, Josep Maria Pedrosa, que se desplazó a la zona siniestrada, confirmó también el deficiente estado de la vivienda. Se da la circunstancia, además, de que el edificio había quedado desprotegido por varios lados. En la parte trasera se había excavado un enorme hueco para construir un aparcamiento privado subterráneo. En uno de los lados había únicamente unos bajos empleados como almacén de marcos de madera y metal. Junto a este almacén, había otro solar vacío en el que también se iba a construir.

Las características del derrumbe hacen pensar, según fuentes municipales, que ninguna de estas causas motivó el siniestro. De haber fallado la estructura a causa de las obras colindantes, se habrían resentido los cimientos y, por tanto, el derrumbe habría afectado a la planta baja del inmueble de la calle de Uva y, por extensión, se habrían desplomado el resto de los pisos como un castillo de naipes. Pero precisamente las dos plantas inferiores fueron las que quedaron en pie.

Los técnicos municipales, a partir del informe de los bomberos, empezaron a estudiar ayer las causas que pudieron causar el siniestro. Fuentes del Ayuntamiento de L'Hospitalet explicaron, con las reservas lógicas de no disponer de los informes técnicos, que no se descarta que el derrumbe del edificio se hubiera producido a causa de una explosión de gas. En ese caso sería de gas butano, puesto que el edificio no disponía de canalización de gas ciudad.

Algunas de las viviendas de la zona delantera del edificio siniestrado tenían los cristales rotos, en la clásica imagen de cuando se produce una explosión. Del mismo modo, en la calle de Àngel Guimerà, a más de 40 metros del edificio, aparecieron pequeños vidrios de los cristales de los pisos siniestrados, un hecho que resulta difícil que se produzca si no es porque se ha producido una fuerte explosión. Los bomberos no quisieron adelantar tampoco ninguna hipótesis, ante la singularidad del siniestro. Algunos vecinos, además, explicaron que habían oído una explosión, aunque este relato ha de ser interpretado con reservas pues el estruendo que causó el derrumbe fue monumental.

Desde el Ayuntamiento de L'Hospitalet se repetía durante toda la mañana que las obras que se están realizando en la parte trasera del edificio siniestrado no guardan relación con el desplome parcial. En cualquier caso y para evitar males mayores, la casa fue completamente derruida a primera hora de la tarde de ayer.

El trabajo de los bomberos de la Generalitat fue complicado y arriesgado desde el primer momento. Primero para rescatar a los heridos de entre los escombros y una vez logrado esto, para ir escarbando en una zona contigua por si pudiera aparecer alguna persona con vida. Al quedar descartada también esta hipótesis los bomberos se situaron entonces encima de los escombros de las plantas derruidas. Primero lo hicieron desde la cesta de una grúa, mientras estaban amarrados a cuerdas de seguridad ante el peligro de que los escombros pudieran ceder y más tarde se situaron entre los escombros. Mientras tanto, en el resto del edificio, otros bomberos intentaban ayudar a sus compañeros en las zonas que consideraban más importantes de rastrear. Y todo esto, por arriesgado que parezca, desde un bloque con enormes boquetes y apuntaladas que de un momento a otro podían ceder y venirse abajo.

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