Que los votantes elijan

Han transcurrido cinco meses desde que el Congreso argentino eligió a Eduardo Duhalde presidente del país. (...). Heredó el caos: el mayor impago de deuda del mundo; el colapso de una moneda, tras una década de paridad peso-dólar; una incesante recesión que comenzó a mediados de 1998; una congelación de los ahorros bancarios, y un pueblo enfadado. Aun a pesar de la gravedad de la herencia, hubiera sido razonable esperar a ver el esqueleto de un programa económico y alguna esperanza de recuperación.

Lejos de esto, la situación de Argentina es peor que en enero. (...) Los precios han subido un 21% desde enero, (...) el desempleo ha alcanzado el 24%, y en el que fue el país más rico de Latinoamérica, casi la mitad de la población se ha hundido en la pobreza. Como colofón, Duhalde aún no ha presentado el programa económico coherente demandado por el FMI. (...) El mundo ha dejado claro que no tiene ningún interés en ayudar a los políticos argentinos para evitar las consecuencias de su propia irresponsabilidad. (...)

Sus seguidores afirman que (...) tiene la fuerza política para rescatar a Argentina, pero ha demostrado ser un presidente débil. (...) Carece de legitimidad popular. (...) Los sondeos muestran que la mayoría de los argentinos quiere que se celebren elecciones legislativas y también presidenciales. Duhalde debería convocarlas. (...) La única oportunidad de recuperación del país es tener un gobierno con un plan económico racional, con competencia técnica y legitimidad política para poder llevarlo a cabo. Duhalde, que carece de todo ello, debería irse.

Londres, 31 de mayo