Los damnificados del 'decretazo'

Están preocupados, se les nota en la cara. Y no es para menos. Acaban de enterarse que entran en la lista de los damnificados del decretazo. Esta disposición aprobada el viernes de la semana pasada por el Gobierno suprime, entre otras cosas, el derecho de los fijos discontinuos a cobrar el desempleo durante los meses que no trabajan. José, Rosa, María Luisa y Francisca son sólo algunos de los 7.000 afectados en toda la comunidad autónoma, pero sus opiniones reflejan la incertidumbre de los demás.

José González no quiere hacer ni cuentas. En su casa ha tocado la china por partida doble. Él trabaja nueve meses al año en un hotel y su mujer, ocho. Tienen un hijo y entre los dos ganan unos 1.322 euros netos mensuales. Todos los años, cuando acababan sus contratos pasaban al paro, con lo que se las apañaban para hacer frente a la hipoteca de 480 euros. Pepe no sabe qué va a pasar cuando llegue noviembre y los dos se queden sin trabajo y sin desempleo. 'Yo prefiero ser fijo y no pasar nunca al paro porque en el paro se gana menos, pero es que no nos hacen fijos, no es que seamos vagos', se queja. Rosa María Díaz, madre de dos hijos y camarera de hotel 10 meses al año, le escucha atentamente y añade: 'Además, cuando nos quedemos parados, en pleno invierno ¿a dónde vamos a buscar trabajo, al hotel de enfrente? Si en temporada baja todos están igual'.

'No es que seamos vagos, es que no nos hacen fijos', afirma un trabajador de hostelería

María Luisa Expósito admite que su situación no es la más acuciante porque su pareja está trabajando, pero recuerda que en la hostelería -donde se concentra la mayoría de los fijos discontinuos- hay muchas mujeres que son cabeza de familias monoparentales: 'En casa podemos malvivir esos dos meses porque entra otro sueldo, pero hay madres solteras y separadas que no tienen otro ingreso y que ahora tampoco tendrán paro'. No están para bromas, pero alguien saca a colación el chascarrillo de 'no vivo, pero voy tirando', común entre el colectivo. 'Ahora ni ir tirando', vaticinan.

La figura del fijo discontinuo se creó hace unos 25 años para combinar la estabilidad que reivindicaban los sindicatos y la flexibilidad que necesitaban los empresarios. Así aparecieron estos trabajadores que tienen empleo entre seis y once meses y el resto del año cobran el desempleo o la ayuda. Derechos que ahora pierden con el decretazo. En el último convenio de hostelería de Málaga de 1999, UGT y CCOO consiguieron incluir que el 72,5% de la plantilla tenía que ser de fijos o fijos discontinuos. La cifra fue el principal escollo de la negociación, pero tres años después hay 2.500 eventuales reconvertidos en fijos discontinuos.

Gonzalo Fuentes, de Comisiones Obreras, resume el malestar de los trabajadores: 'Ese fue un gran avance, habíamos conseguido mejorar en estabilidad y estábamos contentos y ahora viene este atropello'. Y apunta un detalle. Un empleado eventual que trabaje 12 meses tendrá derecho a cuatro de desempleo, sin embargo, un fijo discontinuo que acumule ese mismo tiempo, no podrá acceder al paro. Por lo que concluye que la medida es inconstitucional porque a igual contribución no se generarán iguales derechos. 'El avance de 25 años se lo cargan de un plumazo. Detrás está la mano de la patronal para acabar con la estabilidad. Vamos a pasar de un Estado social de Derecho a uno de beneficencia en el que tendremos que ponernos en la cola con la bandeja', protesta. Pero el sindicalista confía en que la huelga del 20-J sirva para hacer recapacitar al Gobierno.

Los demás no lo ven tan claro, pero proponen medidas para convencer al presidente: 'Yo haría que viviera nueve meses con 120.000 pesetas y tres sin cobrar ni un duro'. María Luisa lanza con ironía otra alternativa: 'Que dicten otro decreto para que nos tengan que hacer fijos'.

Las provincias más afectadas son Sevilla, Málaga, Almería y Cádiz. En las zonas de playa, los contratos se cortan en los meses de invierno, a diferencia de Sevilla, donde la relación laboral se interrumpe en verano. En Granada, los empleados de la estación de Sierra Nevada también se ven perjudicados porque son fijos discontinuos cinco meses al año.

Francisca Gutiérrez gana unos 660 euros limpiando en un hotel. Tiene dos hijos y el marido parado. Le quedan seis meses de contrato y le preocupa lo que pueda pasar en noviembre: 'La única solución es que él encuentre trabajo antes de que yo me quede parada'. Los demás comprenden sus temores. Todos coinciden en que con la medida el Gobierno sólo pretende ahorrar dinero y reducir parados, al menos en las estadísticas. Además, denuncian que en hoteles que abren todo el año, con frecuencia el contrato de fijo discontinuo se usa de forma fraudulenta para no hacer fijos a los trabajadores. Tras advertir que el decretazo les hará casi imposible acceder a un préstamo al carecer de un ingreso estable todo el año y que un empleado que trabaje seis meses deberá cotizar 120 años para tener una pensión digna, sugieren al Gobierno que controle la economía sumergida o a Gescartera.

Después de que descargan sus lamentos, posan para la foto. El fotógrafo busca el mejor ángulo, los mueve hacia un lado, hacia otro y los retrata. Ninguno sonríe.