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Crónica:PANTALLA INTERNACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Blanca Li estrena en París su primera película, un musical 'hip-hop'

La bailarina granadina escribe, dirige, coreografía y protagoniza 'Le défi', con una sorprendente aceptación popular.

La bailarina, bailaora y coreógrafa Blanca Li (Granada, 1964) acaba de estrenar en 28 salas de París su primer largometraje. Se titula Le défi (El concurso) y es una comedia musical basada en el hip-hop, ese baile callejero que todavía causa furor entre los jóvenes de París (donde Li vive desde hace 10 años). La mejor prueba son las cifras de espectadores de la primera semana: 90.000 personas han visto ya Le défi -que ocupa el tercer puesto de la taquilla francesa, tras El ataque de los clones y Hollywood ending-, que ha sido recibida por la critica con menos entusiasmo, aunque todas destacan la vis cómica y la energía desbordante de Li, que, además de dirigir, escribir el guión y coregrafiar las danzas, interpreta el papel protagonista, la dueña de una boutique situada en el barrio pijo de Passy, cuyo hijo la abandona para presentarse a un concurso de hip-hop.

Acompañada por Amanda Lear, con quien forma una pareja almodovariana, Blanca Li (que toma el apellido de su compañero, de origen coreano, Etienne Li) trata de reunirse con el adolescente huido montando un grupo de baile: se viste de rapera en Prada, se lía con un DJ y se tira (literalmente) a las calles de la periferia para aprender el baile de moda. Una excusa como otra cualquiera para que 150 bailarines desfilen por la pantalla durante 40 minutos (el filme dura 94) al ritmo de una música frenética y descoyuntada.

Li tampoco para quieta. Está estos dias en Berlín ensayando su montaje Border line, que estrena el día 2 en la Ópera Cómica de esa ciudad. Por teléfono, explica que es un espectáculo humorístico sobre las 'nuevas locuras de la sociedad moderna'. En cuanto a la película, cuenta que surgió cuando estaba haciendo su espectáculo Macadam con una compañía de bailarines de hip-hop (que, por cierto, se presenta este fin de semana en Madrid). 'Cuando fui a Nueva York en los años ochenta estuve muy metida en el hip-hop. Luego, durante el montaje de Macadam, se me ocurrió reactualizar la vieja comedia musical americana con ese baile. Al llegar a París volvió a interesarme mucho, porque lo hacen con mucha fuerza, le han dado una identidad completamente made in France'.

Pero quizá lo más sorprendente de Le défi es la hilarante actuacion de Li como maruja de lujo, burlesca, torpona, payasa y con registros de Buster Keaton, Charlot o Harold Lloyd. 'Es que desde muy pequeña he sido el payaso de la familia. Me encantaba hacerles reír. Y, además, mi naturaleza es un poco así. No es que sea patosa del todo, porque nunca me caigo, pero siempre estoy al borde del desastre. Voy a coger el teléfono y sale volando; se me engancha la falda en la puerta... Ese tipo de cosas me pasan todo el tiempo'.

Cosa rara en una mujer como ella, que primero fue gimnasta profesional y luego ha logrado un dominio absoluto de la expresión en todo tipo de danza, ya sea el flamenco, la clásica o la contemporánea. 'Sí, he bailado de todo, o casi, porque el tango no sé bailarlo. Siempre he intentado no repetirme, buscar cosas nuevas, arriesgar y divertirme. El flamenco lo he bailado muchos años, pero me daba miedo que me encasillaran ahí. Quería ser coreógrafa, así que lo he guardado para momentos más íntimos, para las fiestas con los amigos. Es maravilloso, pero si tienes una imagen demasiado flamenca no te dejan salir de ahí. Me lo guardo para cuando sea vieja'.

De momento, Blanca Gutiérrez está encantada con lo que hace. Tiene su estudio y su compañía estable en París, trabaja en los teatros de ópera de media Europa, y no echa de menos España. 'España me encanta, pero yo estoy bien en cualquier parte siempre que pueda subirme a un escenario y hacer locuras con los bailarines. Lo que pasa es que para trabajar como coreógrafa tienes que irte de España. Es nuestro destino. La infraestructura y el público que hay en Europa no los hay todavía allí. Habrá que esperar a que la danza crezca y se desarrolle una estructura más sólida'.

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