El Rey traslada a las tropas en Kosovo el 'aprecio' de la sociedad española

El Rey transmitió ayer a las tropas españolas en Kosovo el 'aprecio de nuestros compatriotas y la gratitud de los ciudadanos' por el esfuerzo que realizan 'para garantizar un entorno internacional mucho más estable y seguro'. El Día de las Fuerzas Armadas, concebido para acercar a la sociedad española a los ejércitos, se trasladó ayer a la localidad de Istok, a casi 2.000 kilómetros del territorio español.

Con esta aparente paradoja, el Ministerio de Defensa quiso subrayar la función de los militares que más valoran los españoles, según todas las encuestas: su participación en operaciones humanitarias y de paz. 'Los soldados defienden aquí la libertad, la tolerancia y el respeto a la dignidad de la persona, que son los valores con los que se identifica la sociedad española', subrayó el ministro Federico Trillo-Figueroa.

La visita del Rey -la segunda que realiza a los Balcanes, tras la que hizo a Bosnia-Herzegovina en enero de 1998- cumplió todas sus expectativas. Incluso la lluvia, que amenazó con deslucirla, cesó antes de que diera comienzo el desfile de unos 300 soldados, pertenecientes a la Agrupación Galicia, destacada en Kosovo, reforzada con una sección de Infantería de Marina, procedente de Trebinje (Bosnia), y otra de la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas del Ejército del Aire en Alcantarilla (Murcia), que se desplazó desde España para la ocasión, al igual que una banda de música. Cuatro cazas F-18, que despegaron desde la base de Aviano (Italia), sobrevolaron la tribuna a baja cota, unos 300 metros, en formación de rombo.

Los prolegómenos del acto no estuvieron, sin embargo, exentos de ciertas tensiones. Las autoridades españolas evitaron la presencia del presidente del Gobierno autónomo de Kosovo, Ibrahim Rugova, elegido tras las elecciones legislativas de noviembre, que boicotearon los serbios. De ninguna forma querían propiciar la apariencia de un encuentro entre dos jefes de Estado, ni avalar la independencia de facto de la provincia serbia, bajo protectorado internacional.

El Rey inauguró en Istok la nueva base del destacamento español, construida sobre 18 hectáreas por una empresa asturiana con módulos prefabricados. Los más de 20 pabellones, que han costado casi 2.000 millones de pesetas y estarán disponibles en septiembre, serán donados a la Administración kosovar cuando se marchen los soldados, lo que en todo caso no ocurrirá a medio plazo.

En otoño se cumplirá una década de presencia militar española en los Balcanes. Más de 40.000 hombres y mujeres han pasado por la zona y 21 han perdido la vida. El coste total de las operaciones desde 1992 se aproxima a los 300.000 millones de pesetas.