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Reportaje:

Siete horas sin autobuses

Los barceloneses afrontaron ayer resignados un paro entre las 10.00 y las 17.00, preludio de la huelga indefinida

Clara Blanchar

Resignación y mucha paciencia. Esta fue la actitud con la que los usuarios de los autobuses de Barcelona se tomaron ayer las siete horas de huelga sin servicios mínimos. Entre las 10.00 y las 17.00 horas no circuló ni un solo autobús de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) en toda la ciudad, situación que ofreció una imagen insólita de arterias habitualmente transitadas por multitud de autobuses como la Gran Via o la avenida Diagonal.

Los 350.000 barceloneses que todos los días utilizan el autobús para sus desplazamientos recurrieron mayoritariamente al metro, aunque hubo quien no tuvo otro remedio que sacar el coche del garaje o tomar taxis, y hasta alguno se atrevió con la bicicleta. La jornada transcurrió así:

En los restaurantes de la zona de la Diagonal que sirven menús había ayer más cola que nunca
En un día como el de ayer, los taxis hacen unos 30.000 desplazamientos más de lo habitual

- Atasco en las rondas. Ronda de Dalt. 8.30. Los locutores de los programas de servicio de las distintas emisoras que han decidido acudir a trabajar en coche narran la evidencia: hay retenciones en la Ronda de Dalt. La Guardia Urbana informa de que la circulación de vehículos es lenta y con paradas en la Ronda de Dalt desde Cornellà hasta el nudo de la Trinitat. También se registran colas en el resto de accesos a la ciudad, aunque en ningún momento se llega al colapso.

- Más metro. Estación de Verdaguer. 9.30. No hay aglomeraciones, la mayoría de los usuarios de esta concurrida estación, en la que confluyen las líneas 2 y 5, se encuentran ya trabajando. El metro funcionó ayer durante el paro de los autobuses como si todo el tiempo fuera una hora punta. El aumento de la frecuencia de paso de los convoyes y la previsión de los ciudadanos evitaron grandes aglomeraciones en los andenes y vagones.

- Falta de información. Sant Antoni Maria Claret / paseo de Maragall. 11.00. Por esta parada pasan seis líneas de autobús: 19, 20, 45, 47, 50, 51. Aunque hace una hora que el servicio está interrumpido, hay tres señoras esperando en el banco de la marquesina, a menos de un metro de distancia de una hoja informativa de TMB que ofrece todos los detalles sobre la huelga. Alguien les advierte de que no pasará ningún autobús hasta las cinco de la tarde: una de ellas estaba convencida de que la huelga comenzaba hoy, martes; otra conocía la convocatoria de ayer, pero pensaba que había servicios mínimos; la tercera no estaba al corriente de lo uno ni de lo otro. Ninguna estuvo pendiente de los medios de comunicación.

- Compartir taxis. Plaza de Espanya. 12.00. Cuatro empleados de una fábrica de la Zona Franca se han puesto de acuerdo para tomar un taxi juntos y compartir el gasto. Se quejan de la falta de servicios mínimos. En otras ocasiones, los servicios mínimos les han asegurado el trayecto aunque sea esperando más de la cuenta, pero hoy no les queda otro remedio que pagar un taxi a escote. Esta fue ayer una de las opciones más utilizadas por quienes hacen desplazamientos que cubren exclusivamente los autobuses, sin posibilidad de utilizar el metro como transporte alternativo, como es también el caso de los vecinos de los barrios de Vallcarca, El Carmel y Ciutat Meridiana, y de los usuarios de los autobuses de barrio. En un día de huelga, los taxis registran un incremento de actividad de unos 30.000 desplazamientos, según los cálculos de TMB.

- Manifestación de los conductores. Carretera de Sants. 14.00. La circulación se encuentra cortada al tráfico debido a la manifestación espontánea de los conductores de autobús que salen de la asamblea, celebrada desde mediodía en las Cotxeres de Sants. La Guardia Urbana va cortando el tráfico en las calles adyacentes a medida que avanza la marcha. Entretanto, la indignación crece dentro de los vehículos privados y las furgonetas de transporte. 'Encima de dejarnos sin transporte cortan las calles', dice alguien entre el ruido de los cláxones.

- Comer cerca del trabajo. Plaza de Francesc Macià. 15.00. En los restaurantes de la zona de la Diagonal que sirven menús hay más cola que nunca. Muchos trabajadores de las oficinas cercanas que habitualmente se escapan a casa a comer, han decidido almorzar hoy cerca del despacho y no estar pendientes de los transportes públicos ni de los taxis. Los que no viven lejos cuentan que irán a casa andando.

- La bicicleta puede ser una opción. Avenida Diagonal. 15.30. El carril bus de la avenida Diagonal ofrece la insólita imagen que supone ver señores con traje y corbata acudiendo a trabajar en bicicleta. Es una buena opción para quienes utilizan normalmente líneas de autobús que transcurren a lo largo de la Diagonal.

- El carril bus, para las motos. Roger de Llúria. 16.00. La falta de autobuses en la ciudad se ha convertido en un motivo de alegría para los motoristas, que no dudan en invadir el carril bus compartiéndolo con los taxis. Dicen los mensajeros que cuando hay huelga de autobuses tardan la mitad que un día normal en hacer sus desplazamientos.

- Salida de los colegios. Paseo de Maragall / Peris Mencheta. 17.10. La gran cantidad de escuelas que se concentran alrededor del paseo de Maragall convierten las paradas de autobús en un hervidero de niños acompañados de sus padres. Los escolares han sido los menos afectados por las siete horas de huelga, que han coincidido con el horario de la mayoría de las escuelas.

- Se restablece la normalidad en toda la ciudad. 18.00. El paro de autobuses ha finalizado. El transporte público en la ciudad vuelve a la normalidad y el Ayuntamiento informa de que durante la jornada los problemas de tráfico han sido los habituales, exceptuando la repercusión de la manifestación de los conductores de autobús en la carretera de Sants, la plaza de Espanya y la Gran Via hasta el paseo de Gràcia.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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