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Reportaje:

El veneno más deseado

Cientos de personas participan en una campaña de los neumólogos contra el tabaco

'Yo, Armando Valverde, 53 años de edad, fumador, me comprometo firmemente a dejar de fumar. Lo firmo en Sevilla, a 27 de mayo de 2002'. Y Valverde rubrica -'no sin angustia', diría luego- el carnet que un instante antes le ha entregado la enfermera. Armando, como varios cientos de sevillanos más, acudió ayer a la Plaza Nueva donde la Asociación de Neumólogos del Sur (Neumosur) instaló una carpa informativa en la que algunos especialistas realizaban pruebas elementales para medir la dependencia tabáquica. Los que firmaban como Armando recibían dos bombones de premio.

A las dos de la tarde, después que la carpa se abriese a las 10 de la mañana, enfermeras, médicos y psicólogos estaban agotados. 'La afluencia de personas ha superado todas las previsiones. En ningún momento ha cesado la cola', señala Eulogio Rodríguez, presidente de la Fundación Neumosur.

Valverde, ejecutivo de banca, comenzó a fumar 'como casi todo el mundo', dice, cuando era un adolescente. Ahora fuma dos paquetes y medio diarios y todas las noches hace el propósito de dejarlo. 'Me cojo todos los catarros del mundo y apenas puedo subir escaleras. Ya no sé que hacer', afirma desesperado, algo triste, mientras observa incrédulo ese carnet, de cuatro hojas, que acaban de entregarle. En él aparecen, explícitos ya, los resultados de las pruebas de cooximetría y espirometría, que miden las partículas de monóxido de carbono que aspira y el estado de su función pulmonar. En ambas pruebas, Armando, según el médico que le atiende, 'tiene unos parámetros alarmantes'. 'Tiene usted que dejar de fumar', le aconseja cordialmente el médico mientras le invita a que hable con el psicólogo que está instalado en la mesa de al lado.

A los fumadores, el psicólogo les 'hace ver' que toman veneno y que 'serían más felices si no fumasen', resume Arturo Vellisco, pionero en esto de ayudar a dejar de fumar. Lo de 'ser más felices' Vellisco lo argumenta reflexionando sobre los 10 consejos que aparecen escritos en la página tres de su flamante carnet de aspirante a dejar de ser fumador. 'A todos les expongo los mismos argumentos y les razono por qué es un placer dejar el tabaco', concluye. Armando le ha escuchado sonriente y, al acabar, sale disparado hacia el banco con el convencimiento de que jamás va a volver a fumar.

Mientras tanto, otras muchas personas han comenzado el proceso de firmar su carnet. Muchas chicas jóvenes, como Inés y Rocío, de 22 y 25 años, que aseguran que no 'fuman más de 15 cigarrillos al día'. 'He venido', dice Rocío, 'porque no hago más que oír cosas malas del tabaco'. Inés, en cambio, achaca 'al humo' lo cansada que está. América López, ama de casa de mediana edad, dejó de fumar hace tres años. 'Fumaba dos paquetes diarios y he venido para comprobar si todavía me quedan restos de nicotina'. El médico le dice que está bien, pero que ni se le ocurra coger un cigarro.

Invierte en salud, no fumes

'Invierte en salud, no fumes' es el lema elegido este año para el Día mundial de lucha contra el tabaco que se celebra el 30 de mayo. El tabaquismo es una epidemia. Lo dicen los médicos. En el mundo desarrollado, el tabaco es la causa más importante de muerte e incapacidad. De hecho, una de cada dos fallecimientos, entre personas de 35 a 69 años, tiene su origen en el tabaquismo. En Andalucía hay dos millones de fumadores; 9.000 mueren cada año.

El perfil del fumador andaluz es un hombre o mujer de edad comprendida entre 25 y 44 años. El porcentaje, por sexos, está establecido en un 45% de hombres fumadores y un 27% de mujeres. Pero la alarma ha sonado: las mujeres, si se trata de menores de 24 años, superan ya a los hombres que fuman. En general, aseguran los expertos, se está observando ya un ligero descenso en el consumo de tabaco entre los varones. Las llamadas profesiones liberales, 'quizá por el estrés que padecen', apuntan los médicos, siguen siendo las más adictas y las que más tabaco consumen.

Uno de los problemas más preocupantes para las autoridades sanitarias es el consumo de tabaco por adolescentes. Los responsables de la salud afirman que la iniciación en esta droga es cada vez más precoz. En Andalucía, un alto porcentaje de adolescentes se inicia a los 13 años. De hecho, un 28% de los escolares reconoce haber fumado alguna vez; en el caso de los chicos y chicas de 14 años el porcentaje se eleva al 66%. La realidad es que entre los 12 y 13 años el porcentaje de fumadores se duplica.

Entre las enfermedades más directamente relacionadas con el tabaco cabe destacar el cáncer de pulmón, enfermedad que tendría una escasa incidencia si no existiese el tabaco; también las enfermedades coronarias, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y las cardiovasculares son muy frecuentes por culpa del tabaco.

Los médicos insisten en que hay mitos falsos en torno a la adicción 'beneficiosa' de fumar: 'El tabaco sí es una droga', recalcan. La inhalación de nicotina genera fuerte dependencia física y psicológica; asimismo está comprobado el daño cerebral que genera. El tabaco nunca es inocuo y eso de que es relajante, 'es mentira', reiteran los expertos.

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