El arresto de dos vecinos de Hontza reaviva el conflicto sobre el centro
Cáritas sigue atendiendo a toxicómanos pese a las protestas diarias
El ritual es similar cada noche. Llegan varias patrullas policiales para proteger el centro para toxicómanos Hontza, en Bilbao. Parte de los vecinos protesta en una plaza cercana y un grupo de toxicómanos llega en coche acompañado por voluntarios. Es así a diario desde que Hontza abrió, en diciembre. La detención, la noche del lunes, de un vecino acusado de romper la luna de un coche encendió la chispa. La trifulca desatada implicó el arresto de otro vecino y varios heridos leves, incluido un agente de la Ertzaintza.
Los meses transcurridos desde la apertura del centro de acogida nocturna para toxicómanos Hontza (búho, en euskera), creado y gestionado por Cáritas, no han logrado calmar los ánimos en un sector de los vecinos del barrio bilbaíno de Zamakola. No lo quieren en sus calles, pese a que el centro ha funcionado con normalidad de puertas adentro. Fuera es otra historia. Los rifirrafes entre quienes protestan y ertzainas son frecuentes. A lo sumo acaban con una denuncia en los juzgados. Lo ocurrido el lunes por la noche fue más grave.
El origen fue la detención de J. M. B. G., de 38 años, en el momento en que se acercaba a la concentración que los vecinos agrupados en Uzai (Asociación de Vecinos de Zamakola, Urazurrutia e Ibaizabal) realizan a diario coincidiendo con la llegada de los toxicómanos, protegidos por voluntarios. La Ertzaintza le acusa de daños y desobediencia por haber roto con una piedra, momentos antes, la luna trasera del coche de uno de los voluntarios que acompaña a los drogodependientes.
Varios de los vecinos intentaron impedir que los ertzainas lo introdujeran en un vehículo policial, e insultaron e incluso llegaron a amenazar de muerte a los agentes, según la nota difundida por el Departamento de Interior. Uno de los vecinos, J. R. R. V., de 48 años, se abalanzó sobre un agente y le golpeó, por lo que fue detenido por desódenes públicos y atentado contra la autoridad.
J. M. B. G. quedó en libertad horas después, con obligación presentarse ante el juez cuando le cite, y J. R. R. V. quedó en libertad provisional tras comparecer ante el juez en la mañana de ayer.
Varias personas participaron en la trifulca, que incluyó, según Interior, el lanzamiento de huevos, botellas e incluso una 'lampara de bronce' desde los pisos. La lámpara impactó contra un agente, que llevaba casco, al que hirió. Dos vecinas que resultaron heridas tuvieron que ser atendidas en centros sanitarios. Al menos cuatro vecinos denunciaron ayer en los juzgados agresiones policiales, según explicó su abogado José Antonio Medina.
La trifulca no afectó al funcionamiento habitual del centro, aseguró el lunes por la noche su responsable. Una veintena de drogodependientes durmió allí.
Los vecinos discrepan de la versión policial. Sostienen que la actuación de los agentes fue desproporcionada y provocadora. El abogado sostuvo que, aunque el trato de la Ertzaintza en general es 'exquisito', los problemas son siempre con los mismos 'dos, tres o cuatro agentes'. El letrado aseguró que se han cruzado varias denuncias. También confirmó que una de ellas ha supuesto una condena contra el portavoz de Uzai, Juan Calderón, y otro vecino, pero no quiso precisar por qué motivo concreto. Se limitó a decir que es una 'condena ínfima y [que] ha sido recurrida'. Ninguna de las denuncias contra los ertzainas ha sido aún resuelta, afirmó el abogado.
Uzai también ha acudido a la vía civil. Un juzgado de Bilbao ha admitido a trámite su denuncia contra Cáritas porque el centro es, a su juicio, una 'actividad molesta'. El juez aún no se ha pronunciado sobre el cierre cautelar del centro solicitado por los vecinos.
Una vecina aseguró que continuarán protestando 'pacíficamente'. Y explicó: 'No estamos en contra de que el centro cure a drogodependientes, sino en contra de que se ubique aquí. Lo que no queremos es que se nos llene esta zona de traficantes'.
Evaluación mensual
Cáritas de Vizcaya, las concejalías de Bienestar Social y Seguridad Ciudadana de Bilbao, el distrito municipal al que pertenece Zamakola y la secretaría de Drogodependencias, que ayer se mostró preocupada por la 'actitud violenta de un grupo minoritario de vecinos', se reúnen cada mes para evaluar la marcha de Hontza. Al margen de las protestas, el balance es positivo. Los vecinos siempre han rechazado la oferta de participar en esta comisión de seguimiento. Hontza da cobijo entre las 22.00 y las 7.00 a '150 usuarios diferentes', según explicó ayer el concejal de Bienestar Social, Eusebio Melero. Tiene capacidad para unas 22 personas, que pueden dormir y recibir atención sociosanitaria básica. El centro seguirá en Zamakola como máximo hasta el 31 de diciembre. El servicio se trasladará después a un local anexo a la cercana iglesia de san Antón.
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