Las propuestas de Aznar y Blair llevan meses bloqueadas por los Quince

Las propuestas planteadas el lunes por José María Aznar y Tony Blair para que la UE disponga de un plan integral frente a la inmigración y de medios conjuntos para combatir la ilegal llevan meses bloqueadas por los Quince. Alemania, Austria, Holanda y Dinamarca, entre otros, mantienen frenadas cinco directivas o normas legales de la Comisión Europea. Por eso, el Ejecutivo comunitario 'se felicita del interés demostrado por los jefes de Estado', pero les exige que lo traduzcan en un apoyo real al paquete de iniciativas puesto ya sobre la mesa por el comisario de Interior, Antonio Vitorino.

Aznar explicó ese día durante su visita a Londres que el ministro del Interior, Mariano Rajoy, elaborará un documento sobre cinco puntos: integración de los emigrantes en Europa, lucha contra la inmigración ilegal, aumento de eficacia en controles fronterizos, persecución de las mafias de tráfico de inmigrantes y restricción de la cooperación con países que no controlan la inmigración ilegal.

Pues bien, con respecto a la inmigración legal, la Comisión ha presentado iniciativas legales sobre reagrupación familiar de emigrantes (diciembre de 1999), concesión de estatuto de residente de larga duración a quienes lleven más de cinco años en situación legal (marzo de 2001) y gestión conjunta de flujos de emigrantes que incluiría permisos únicos de residencia y trabajo para emigrantes temporales (julio de 2001). Los Quince no sólo no han logrado un consenso en este terreno, sino que alguna de las propuestas aún no ha sido debatida entre los embajadores permanentes en Bruselas.

En cuanto a la inmigración ilegal, hay cuatro propuestas en lista de espera. Una comunicación sobre 'una política común en materia de inmigración clandestina' (noviembre de 2001). Una directiva para dar permisos temporales de estancia a los ilegales que colaboren con la justicia (noviembre de 2001) en la que se recuerda que 'el fenómeno no puede ser tratado únicamente a escala nacional' (febrero de este año). Un Libro Verde sobre normas comunes para forzar el regreso a sus países de los ilegales (el mes pasado). Y una propuesta sobre gestión integrada de las fronteras de la UE con la creación de 'un Cuerpo Europeo de Policías de Fronteras', sobre todo marítimas, para la Unión (el pasado día 7), si bien el Ejecutivo español encargó a Silvio Berlusconi que su Gobierno presente ideas concretas antes del día 30.

Además, los ministros de Justicia e Interior, reunidos en Luxemburgo, ya pactaron el pasado 25 de abril castigar a los países de origen que no colaboran en el control de la inmigración ilegal.

Los Quince tienen bloqueadas otras dos iniciativas sobre asilo. La primera, sobre criterios comunes para aplicar la Convención de Ginebra a los solicitantes (se amplía a perseguidos por entes no estatales), y la segunda sobre procedimientos para aplicarlos (Alemania bloquea ambas). Sí se ha aprobado la relativa a ayudas temporales o permisos de trabajo para asilados, o la puesta en marcha de Eurodac, una base de datos para controlar a inmigrantes ilegales detenidos de más de 14 años o peticionarios de asilo, o normas comunes para hacer más seguros los documentos de asilo. Alemania ha hecho llegar a la Comisión el mensaje de que no está en condiciones de bendecirlas hasta pasadas las elecciones del próximo septiembre.

En cualquier caso, que Aznar y Blair hayan destacado los problemas de la inmigración en Europa, y especialmente que el jefe del Gobierno español haya propuesto analizar la cuestión en la cumbre de Sevilla del mes que viene, ha sido muy bien acogido en la Comisión porque impulsará la necesaria política común europea en este terreno. Ya en la cumbre de Bruselas-Laeken de diciembre pasado, los Quince concluyeron que 'los progresos se han alcanzado menos rápidamente y han resultado menos sustanciales que lo previsto'.

Pero hay otro aspecto de mayor calado en la posición de Blair y Aznar. Las últimas elecciones en Dinamarca, Francia y Holanda han puesto de manifiesto que el problema de la inmigración sólo es tratado en público por políticos ultraderechistas que consiguen una elevada rentabilidad en votos. Por eso, resulta positivo que sea abordado por los líderes europeos, sobre todo cuando puntualizan, como ha hecho Blair, que debe huirse del concepto de la 'Europa fortaleza' ante unos flujos migratorios que, además, hoy son absolutamente necesarios para mantener el nivel productivo de la UE. No obstante, Blair y Aznar han hecho mucho hincapié en la inmigración ilegal olvidando las iniciativas pendientes a favor de la legal.