Lourdes Ortiz realiza una metáfora descarnada de la sociedad en 'Cara de niño'

Lourdes Ortiz (Madrid, 1943) cuenta en su última novela, Cara de niño (Planeta), cómo tres mujeres -Carmela, Mami Lola y Lorenza- se ven envueltas en la investigación de la desaparición de Marcial, un joven homosexual relacionado con un conocido médico, para hacer una 'metáfora de la sociedad actual española', según señaló la autora.

La escritora no desea enmarcar su novela en el género policiaco. 'Mis personajes, a modo de rompecabezas, consiguen describir un mundo de contradicciones, en el que la homosexualidad sirve de excusa para mostrar una realidad llena de conflictos, en la que nada es lo que parece. Tal y como ocurre en la sociedad actual', indicó ayer.

Ortiz eligió a tres mujeres porque le ofrecían la posibilidad de jugar con más elementos a la hora de desarrollar la trama. 'Los personajes que aparecen en la novela nunca son buenos o malos, son contradictorios'. Los personajes de Mami Lola, una mujer instalada en la vejez; Carmela, 'en esa generación a caballo entre los cuarenta y cincuenta que se tiene que amoldar', y Lorenza, la más joven y buscadora de emociones fuertes, se ven inmersos en una sociedad de negocios turbios y locales en los que se comercia con todo, en la que nadie es lo que parece. Las tres mujeres se lanzan a la busca de Marcial desde sus propias realidades y esta búsqueda termina siendo un encuentro con ellas mismas.

Cara de niño permite a Lourdes Ortiz ofrecer 'un mosaico descarnado y desencantado de los tiempos en que vivimos y hablar de la maldad oculta tras la respetabilidad gracias a distintos tipos de ambientes'.