Sin miedo a la anestesia

Los miedos a la anestesia y a sus posibles reacciones alérgicas están cada vez menos justificados. Sólo uno de cada 10.000 pacientes españoles que entran en un quirófano tienen algún tipo de reacción alérgica a la anestesia y, en la mayor parte de los casos, se limitan a una urticaria o dolencias leves. Un estudio del Hospital del Mar de Barcelona y del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria de esta ciudad demuestra que el riesgo de padecer una reacción alérgica a la anestesia durante la operación en los hospitales españoles se encuentra a niveles similares a los del resto de Europa y que ninguno de los 32 casos de reacciones positivas detectadas en entre un total de 328.000 pacientes tuvo consecuencias mortales.

Ninguna de las 32 reacciones detectadas en 328.000 pacientes resultó mortal

El estudio se realizó durante los años 1996 y 1997 en 21 hospitales catalanes, aunque según los autores del estudio, los resultados son extrapolables al conjunto de España por la similitud de las técnicas que se aplican en el conjunto del sistema sanitario nacional.

El jefe de servicio de Anestesiología del Hospital del Mar, Fernando Escolano, asegura que, aunque no se debe perder 'el respeto' por cualquier operación que implique el uso de anestésicos, no hay razones para tener 'miedo', al menos a las reacciones alérgicas. Pero los casos de alergia, aunque de forma aislada, continúan produciéndose. Los 32 casos detectados por el estudio y de los que se han analizado las causas y las consecuencias obligan a los médicos a no bajar la guardia.

El riesgo de padecer una reacción alérgica es más importante cuando la operación se realiza con anestesia general (un caso de cada 6.973). Este dato coincide con el último estudio realizado sobre el mismo tema en Francia, donde los casos positivos fueron uno de cada 6.500. Varias investigaciones realizadas hasta la fecha en Australia el Reino Unido ya establecían que las mujeres, sobre todo las que tenían entre 40 y 50 años, eran más propensas a padecer reacciones alérgicas a la anestesia, una tesis que confirma el estudio de los médicos catalanes. De esta manera, el 58% de las personas con reacciones adversas eran mujeres con una media de edad de 48 años, sin que existieran diferencias significativas entre las distintas edades a partir de los 20 años. Además, una de cada tres tenía antecedentes de alergia a fármacos.

Algunos de los estudios anteriores también advertían de la posible relación entre ser alérgico a algún fármaco y las posibilidades de desarrollar rechazo a los anestésicos. Fernando Escolano, sin embargo, ve muy difícil poder establecer esta reacción. 'En general, no se puede saber qué ocurrirá hasta que el paciente está en la sala de operaciones, prever una reacción alérgica de este tipo es sumamente dificultoso'. Pero cuando ocurre es inmediata. Tanto que en el 97% de los casos la reacción a la anestesia se produjo durante los 30 minutos que precedieron la administración del fármaco.

En cuanto a las consecuencias de la alergia, el estudio afirma que el 56% de las reacciones tuvieron consecuencias graves como espasmos musculares o hipotensión severa, aunque ninguna fue mortal. Las reacciones alérgicas leves tuvieron como síntomas alteraciones cutáneo-mucosas y problemas respiratorios.

El estudio del Hospital del Mar es el primero de estas características que se realiza en España y se inspira en el sistema de control existente en Francia, donde en los últimos 12 años se han realizado cuatro encuestas epidemiológicas de este tipo. Según los autores, la idea de llevar a cabo el proyecto surgió después de la huelga que protagonizaron los profesionales de quirófanos de toda España en 1994 después de una condena penal a un anestesista por no haber practicado estudios alérgicos a un paciente que falleció por una reacción a la anestesia. La polémica sentencia puso en pie de guerra a los anestesistas de todo el país, que consideraban y siguen considerando inviable practicar las pruebas a todos los pacientes que tienen que ser operados.

Finalmente, el Tribunal Supremo corrigió la sentencia y evitó las pruebas alérgicas indiscriminadas. Fernando Escolano lo considera un acierto ya que 'al realizar las pruebas introduces en el paciente los reactivos que pueden acabar provocando la alergia en el momento de la intervención'. Además, recuerda Escolano 'los centros de tratamiento de alergias están totalmente saturados'.