Las cárceles españolas acogen por primera vez más de 50.000 reclusos
El número de presos alcanza un récord al subir en cuatro meses lo mismo que en 2001
Nunca en democracia hubo tantos presos en las cárceles españolas. A finales de abril el número de reclusos alcanzó los 50.095. En los primeros cuatro meses del año la población encarcelada ha crecido aproximadamente en la misma medida que en todo el año pasado, registrándose fuertes aumentos entre los preventivos -aquellos que están a la espera de juicio-, lo que permite atribuir el enorme incremento al aumento de la delincuencia. Durante 2001 los delitos conocidos aumentaron un 10,52%, mientras que en los primeros meses de este año lo hicieron en un 6%.
En 1991 la Dirección General de Instituciones Penitenciarias puso en marcha un plan para disminuir la tasa de ocupación de las prisiones. El objetivo era tender hacia lo que en términos penitenciarios se califica como capacidad óptima, es decir, que cada una de las celdas existentes fuera ocupada por un sólo preso. El plan se diseñó teniendo en cuenta que la población reclusa aumentaría al ritmo de 300 o 400 nuevos reclusos por año.
Según los datos de Instituciones Penitenciarias, en los últimos meses el incremento se ha disparado de tal forma que desde enero hasta marzo de 2002 entraron en las cárceles españolas un total de 1.850 presos, cifra que multiplica por cuatro la registrada en los tres primeros meses de 2001 y que prácticamente alcanza todos los ingresos de ese año. Este crecimiento extraordinario en lo que va de año, ha hecho que a finales de abril se hayan contabilizado 50.095 internos, lo que supone un número nunca superado en democracia. La mayor cifra se dio en 1994 (48.201 presos). Para hallar el récord histórico hay que remontarse al 1 de enero de 1940, tras la Guerra Civil, cuando había 83.750 condenados (no hay datos sobre los no juzgados), según el archivo de prisiones.
En las cárceles controladas por Instituciones Penitenciaras -todas menos las de Cataluña que tiene transferida la competencia- la cifra de internos ha alcanzado ya los 43.279 presos situándose muy cerca de los 45.000 que según el director general Ángel Yuste, el Estado puede albergar en condiciones satisfactorias. Yuste considera el crecimiento registrado de 'preocupante en tanto no se ajusta a lo previsto' y estima que si siguen registrándose incrementos como los de éstos primeros meses del año, a finales de 2003 la situación de los internos en algunas cárceles podría deteriorarse de manera importante.
De los 43.179 recluidos en cárceles de Instituciones Penitenciarias, 33.225 cumplen condena, mientras que el resto (10.054) son preventivos. El incremento registrado en los últimos meses afecta sobre todo a los presos preventivos (en espera de juicio), que mientras que a finales de año suponían el 22,27% del total, han ascendido hasta el 23,23%. El dato permite relacionar el incremento de la población reclusa con el de los delitos que en 2001 aumentaron un 10,52% con respecto al año pasado y en los tres primeros meses de 2002 crecieron otro 6% en relación con el mismo período del anterior. El número de extranjeros en esas prisiones asciende a 10.338.
Dos en cada celda
Si se tiene en cuenta la ocupación de la mayoría de las cárceles, el plan diseñado en 1991 ha fracasado. Según Yuste en la mayoría de las prisiones, más de la mitad de las celdas están ocupadas por más de un preso -superándose la capacidad operativa del centro-, y aunque, según dice, 'todas las cárceles están diseñadas para llegar a esas tasas de ocupación', en seis de ellas se alcanzan cifras muy por encima de lo deseable.
Las cárceles más saturadas son las de Arrecife (Lanzarote) y Las Palmas de Gran Canaria. En Arrecife viven 164 personas dónde según Yuste caben unas 130 personas. En Las Palmas son 1.323 los presos para poco más de 700 celdas. Otras prisiones con dificultades de espacio son las de Alicante, con 961 reclusos; la de Madrid II, con 912; la de Murcia, con 696; y finalmente, la de Valencia, con 1.263. Las prisiones de Málaga y El Puerto de Santa María también se encuentran bastante saturadas. Sólo en dos comunidades autónomas -Galicia y Castilla y León- los centros se acercan a su capacidad óptima (un preso por celda).
En los tres primeros meses de este año, 462 de los 1.228 presos que ingresaron en las cárceles del Estado eran preventivos, y de ellos, el 89,9%, extranjeros. Todos los penados (766) fueron españoles.
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