Policías contra policías
El golpe policial asestado el pasado martes a ETA con la detención de dos miembros del nuevo comando Madrid ha sido una de las operaciones más importantes que han llevado a cabo últimamente las fuerzas de seguridad en su lucha contra el terrorismo. Venía a sumarse, además, a otras acciones recientes, tanto en Francia como en el País Vasco o Navarra, que han mostrado una notable eficacia en la desarticulación de comandos o en la localización de coches-bombas ya preparados para matar. Si la detención de un terrorista es siempre una buena noticia, las últimas semanas han sido pródigas en acontecimientos de este tipo. Pero precisamente porque es vital para la democracia mantener este nivel de eficacia, es por lo que resulta incomprensible la descoordinación entre la policía y la Guardia Civil que han denunciado los sindicatos.
Su versión sobre los fallos en la operación de Madrid es diametralmente opuesta a la ofrecida por el delegado del Gobierno y por los respectivos directores generales de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Según ésta, se trató de una operación conjunta, coordinada por el secretario de Estado para la Seguridad, y si hubo coincidencia de policías y guardias civiles sobre el mismo objetivo fue debido a 'una indudable cuestión de celo'. Pero los sindicatos policiales hablan claramente de 'injerencia' de la Guardia Civil, atribuyendo a este hecho el no haber podido desmantelar por completo al nuevo comando Madrid; llegan a acusar a los servicios de información de la Guardia Civil de dedicarse al 'seguimiento y control de los servicios de información de la policía'.
Las denuncias de los sindicatos son sumamente graves. El Gobierno, y en especial el ministro del Interior, no pueden dejar que una acusación de este tipo empañe la lucha policial contra el terrorismo. Los hechos denunciados exigen una investigación a fondo y merecen la atención del Parlamento. La oposición debe pedir la comparecencia inmediata del ministro Mariano Rajoy en el Congreso para que dé explicaciones sobre estas acusaciones sindicales. En un asunto como el del terrorismo, es imprescindible saber si existe esta descoordinación y corregirla con inmediatez para reforzar la confianza de los ciudadanos en todas y cada una de las fuerzas de seguridad.
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