Benalmádena también es mi pueblo
En el diario EL PAÍS del martes 14 de mayo se publica una carta al director, firmada por Juana Cabeza González en la que, bajo el título de Benalmádena, mi pueblo, ya no es lo que era, se recogen críticas a la gestión de mi equipo de gobierno.
Aunque no suelo contestar este tipo de cartas porque considero que todo el mundo tiene derecho a la libre expresión de sus ideas, voy a hacer una excepción y quiero empezar por decirle a la señora Cabeza que Benalmádena también es mi pueblo, aunque ella lo dude y aunque ello sea, por su obviedad, una mera anécdota. He sido muchos años ya alcalde de Benalmádena y no hay nadie que no me identifique con éste cada vez más bello municipio de la Costa del Sol.
Hay otra circunstancia que me llama poderosamente la atención y es el hecho de esconder, o no manifestar, que viene a ser lo mismo, la condición de la firmante de secretaria de movimientos sociales y ONG de la comisión ejecutiva provincial del PSOE de Málaga y secretaria de organización del comité local de Benalmádena. Y digo esto porque si se tratara de una vecina de nuestro pueblo sin ningún cargo público, institucional o de partido, se trataría simplemente de eso, una opinión tan particular como respetable. Pero no, se trata de una opinión partidista, en tanto en cuanto es manifestada por un cargo orgánico de un partido.
De cualquier forma, es igualmente respetable la opinión partidista, de un cargo orgánico de un partido, siempre que así se subraye. Lo que no es aceptable es la manifestación de una opinión partidista con la apariencia de un particular. Porque, vale, el PSOE puede tener una opinión diferente a la mía en cuanto a la gestión municipal, lo acepto e incluso lo celebro que así sea porque, al final, los jueces serán los electores. De hecho, los 10 puntos que la secretaria del PSOE expone en su artículo forman parte de mi programa electoral por el que me votaron la mayoría absoluta de los electores de Benalmádena y, en cualquier caso, dentro de poco más de un año, volverán a decidir si depositan su confianza en mí o no. Además, tampoco me parece serio que un partido critique la gestión de otro sin ofrecer ninguna otra alternativa.
Pero en el trasfondo de todo su artículo subyace una idea, siempre recurrente y repetitiva hasta el infinito, de igualar mi gestión con la del GIL de Marbella, lo que es bastante difícil de comprender cuando, también en Marbella, en la Mancomunidad, mi partido, el Grupo Independiente de Benalmádena, gobierna con el PSOE y sin el GIL.
Tampoco es fácil de entender que la señora Cabeza hable del aumento de población de Benalmádena como una crítica cuando, según la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE y que aprueba el Plan General de Ordenación, todavía tenemos capacidad para crecer mucho más.
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