Un jurado externo decidirá si los laboratorios han infringido su código de buenas prácticas comerciales

La patronal farmacéutica Farmaindustria ha ultimado ya su Código de Buenas Prácticas para la Promoción de los Medicamentos. Con él el sector pretende fomentar la autorregulación y ganar la confianza de los profesionales sanitarios y los usuarios del sistema nacional de salud. El Jurado de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial será el encargado, en última instancia, de dirimir los conflictos.

Antes de llegar al jurado, una comisión deontológica formada por representantes de Farmaindustria estudiará el caso. Este grupo verá si hay causa para sancionar a la empresa, e intentará llegar a un acuerdo entre las partes en conflicto.

El jurado, podrá fijar multas a las empresas que oscilarán entre los 6.000 y los 360.000 euros. El importe de las sanciones se dedicará a un fondo especial destinado a promover el uso racional de los medicamentos.

El código entrará en vigor el próximo 1 de septiembre. Otra de sus novedades es que los expedientes sancionadores se harán públicos. En el texto también se fijan los plazos en que se deberá tomar una decisión.

Para juzgar la gravedad de la falta se tendrá en cuenta el perjuicio causado a al imagen de la industria farmacéutica, su posible daño a la salud pública, su intencionalidad, si se trata de casos de competencia desleal y su reincidencia, entre otros factores.

Las normas regularán también los incentivos y condiciones de la publicidad de los fármacos, su promoción en cualquier medio (incluido Internet). También se fija un valor máximo para los regalos a profesionales sanitarios o de la Administración responsables de la compra de un determinado producto. Estos 'incentivos' no podrán tener un coste superior a los 19 euros durante el primer año de aplicación del código, 'salvo que se trate de regalos de poco valor relacionados con la práctica médica'. La cantidad se actualizará cada año.

También se regula la 'hospitalidad' en congresos médicos. El código fija que los organizadores de un encuentro científico pueden pagar a los ponentes, y correr con los gastos de los desplazados, pero 'su coste no puede exceder del que los destinatarios estarían normalmente dispuestos a pagar en las mismas circunstancias'. La hospitalidad se limitará al personal sanitario interesado, y se deja fuera de la invitación a sus familiares o acompañantes. Además se restringirá la duración del tiempo de la invitación a la del congreso, sin que pueda alargarse 'más de lo razonable'.