Rechazo de los hoteleros a un impuesto turístico en Barcelona
El presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Jordi Clos, rechazó ayer radicalmente la pretensión del Ayuntamiento de implantar un impuesto que gravaría las pernoctaciones de los turistas en la capital catalana, según anunció el concejal de Turismo del consistorio barcelonés, Jordi Portabella. Clos lamentó asimismo que la noticia le llegara a través de los medios de comunicación. 'Llegaremos hasta el Tribunal Supremo si hace falta', amenazó.
Portabella anunció las intenciones del consistorio en el Foro de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes, junto con Xavier Civit, director general de Turismo de la Generalitat. Civit quiso matizar que cualquier nuevo impuesto municipal debe situarse dentro del marco del nuevo Pacto de Financiación Local. Pese a manifestarse contrario a la implantación en estos momentos de un impuesto turístico en Barcelona y en Cataluña, Civit reconoció que la nueva ley de Turismo, que se votará en los próximos días en el Parlament, abre la puerta a la instauración de tasas turísticas.
El nuevo impuesto, explicó el concejal de Turismo, tendrá un carácter finalista, lo que implica que su recaudación se destinará a inversiones públicas en equipamientos e infraestructuras de Barcelona relacionadas con el turismo. La Federación de Municipios de Cataluña, que agrupa a entes locales gobernados por los partidos de izquierda, propuso el mes pasado la implantación de una tasa turística similar a la establecida este año por el Gobierno de las islas Baleares.
Respuesta rápida
Portabella anunció que el Ayuntamiento barcelonés presentará su propuesta inicial de impuesto turístico al Gremio de Hoteleros de Barcelona en una reunión que se celebrará en los próximos días para consensuar con los hoteleros las características concretas del nuevo impuesto y evitar el rechazo que la llamada ecotasa ha provocado entre los hoteleros de las islas.
Las buenas intenciones de Portabella, sin embargo, chocaron con la rápida respuesta del sector por boca del presidente del gremio, Jordi Clos, que tildó al nuevo impuesto de 'totalmente discriminatorio' para Barcelona. En su opinión, 'los turistas que duerman en el Maresme o en L'Hospitalet o en Castelldefels no tendrán que pagar la tasa, pero al mismo tiempo, vendrán en autocar a disfrutar de Barcelona y consumir playas, paisajes y comercios'. La voluntad de instaurar un impuesto turístico, añadió, 'es demencial'. Gravar las pernoctaciones de los turistas, añadió, 'supondría abrir una verdadera guerra con Madrid'. Según el presidente del gremio de hoteleros, el alcalde Joan Clos prometió hace año y medio que no se establecería una tasa turística en la capital catalana.
Portabella anunció que hoy hablaría con Jordi Clos para concretar una fecha para reunirse y debatir las posibilidades de implantar un impuesto turístico. 'Empezamos mal', fue la respuesta del hotelero.
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