Los partidos apoyan de forma unánime la postura del Gobierno sobre el Sáhara

Rara vez un miembro del Gobierno ha debido de salir tan satisfecho de una comisión del Congreso de los Diputados. El secretario de Estado de Política Exterior, Miquel Nadal, obtuvo ayer el respaldo, e incluso algunos elogios, de todos los grupos parlamentarios a la postura del Ejecutivo sobre el contencioso del Sáhara.

'Confirmo que la posición del Gobierno español la compartimos', afirmó el portavoz socialista, Manuel Marín, tras escuchar a Nadal en la Comisión de Asuntos Exteriores. 'Es valorable que el Gobierno no se deje arrastrar por el planteamiento hegemónico', afirmó el nacionalista gallego Guillerme Vázquez. 'Va a salir usted de aquí con un gran consenso', resumió Ignasi Guardans, de CiU.

La intervención de Nadal estuvo salpicada de algunas frases poco frecuentes en el lenguaje diplomático y que herirán la susceptibilidad marroquí. Resaltó, por ejemplo, que el Sáhara 'está siendo ocupado de forma creciente por ciudadanos marroquíes', lo que hace que el arreglo sea 'cada vez más difícil'. 'Comparto todo lo que se ha dicho en relación al sufrimiento físico y moral del pueblo saharaui', añadió.

Nadal explicó detalladamente la posición española, trasladada la semana pasada por el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, al presidente de EE UU, George Bush. Este país acaba de decantarse a favor Marruecos y apuesta por reconocer su soberanía sobre un Sáhara al que sería otorgada una autonomía. El Frente Polisario y Argelia rechazan esta solución que Washington quiere imponer.

El Gobierno, informó Nadal, está dispuesto a apoyar cualquier solución viable y consensuada por las partes enfrentadas. Si esto no fuese posible, recuerda que el único plan que en su día suscribieron Marruecos y el Polisario fue, en 1991, el que preveía celebrar un referéndum de autodeterminación, que ahora Rabat rechaza. Hizo, por último, un llamamiento al Polisario para que libere a los 1.300 presos de guerra marroquíes y a Marruecos para que permita a los refugiados saharauis reunirse con sus familiares en la ex colonia española.

Múltiples titubeos

Esta fijación de la posición del Ejecutivo pone fin a meses de declaraciones titubeantes sobre el Sáhara después de que el rey Mohamed VI llamase a consultas, hace seis meses, a su embajador en Madrid. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, llegó a afirmar el pasado noviembre a La Vanguardia que 'el referéndum del Sáhara es imposible y hay que buscar una salida para todas las partes'. En la misma línea, la secretaria de relaciones internacionales del PSOE, Trinidad Jiménez, sugirió al Polisario que diera 'una oportunidad' a la solución de la autonomía.

Las escasas precauciones oratorias de Nadal parecen indicar que el Gobierno considera que poco tiene ya que perder con Marruecos, con el que España mantiene una tensa relación desde hace más de un año.

Manuel Marín vaticinó que el Sáhara 'se va a convertir en el mayor problema de la política exterior' española a causa de los 'principios' que España defiende; de su 'responsabilidad histórica en el proceso de descolonización' y de que para la opinión pública es una 'cuestión emocional'.