La convergencia posible
En los últimos tiempos venimos asistiendo a una sucesión de noticias que, empleando como indicador básico la evolución del PIB por habitante, vienen a señalar que desde principios de los años ochenta y coincidiendo casualmente con el inicio del proceso autonómico, la economía andaluza ha perdido su capacidad de converger tanto con el entorno nacional como con el europeo.
Con carácter previo, hay que señalar las limitaciones tanto de este indicador como de los análisis basados exclusivamente en la evolución de esta ratio. Baste citar los estudios de, por ejemplo, el Banco Mundial en los que el PIB por habitante constituye un indicador más, o que, recientemente, la misma cumbre de Lisboa subrayó la relación crucial entre la fuerza económica de Europa y su modelo social, resultando relevante en el análisis de la convergencia valorar, pues, la contribución de otros factores, como la calidad del medio ambiente, la cobertura de la asistencia sanitaria o los servicios sociales, entre otros.
Por su parte, el análisis comparativo de la evolución de la ratio PIB por habitante sin detallar la evolución del numerador y denominador puede llevar a la paradoja de concluir que una región en la que el PIB crece, pero menos que la población (la cual, a medio y largo plazo constituye precisamente un factor de crecimiento), evoluciona peor que otra región en la que disminuyen tanto el PIB como la población. No obstante, dado que la práctica totalidad de estos análisis utilizan el PIB por habitante como indicador, en nuestra aproximación a esta cuestión también vamos a emplearlo, siendo no obstante conscientes de sus limitaciones y de la importancia de esos otros factores.
La evolución del PIB por habitante en términos reales de Andalucía, España y la Unión Europea (según los datos oficiales y expresado en paridad de poder de compra) ha mantenido una senda de crecimiento continuado en los últimos años, presentando unas tasas de crecimiento medio anual acumulativas del 4,06; 3,31 y 2,32 para el período 1995-2001, respectivamente.
Esta dinámica ha generado unas relaciones de PIB por habitante de los tres espacios económicos que para nuestra región, en términos de paridad de poder de compra, asciende en 2001 al 63,6% del de la Unión Europea, y al 82,4% de España, cuando tales ratios eran en 1985, año previo a la entrada en la U.E., del 53,5% y el 70,7%, respectivamente. Es más, los datos muestran que en los últimos años se consolida una tendencia al mantenimiento en Andalucía de un elevado diferencial de crecimiento positivo, tanto en relación a España como a la Unión Europea, siendo este hecho realmente relevante para valorar dicha trayectoria.
Dada la conocida situación de partida, resulta ingenuo pretender que puedan alcanzarse los niveles de PIB per cápita de la UE en un corto período de tiempo. En este sentido, se puede realizar un ejercicio de aproximación a la posible evolución futura de la convergencia de la economía andaluza con la media española y europea. Para ello se ha planteado el escenario de trabajo basado en el comportamiento del PIB y de la población tanto en Andalucía, como en España y la Unión Europea.
En primer lugar, se ha supuesto que el PIB en paridad de poder de compra va a crecer en cada una de las áreas geográficas de forma mimética al PIB potencial registrado durante el período 1982-2001. En dicho período el crecimiento diferencial del PIB potencial de Andalucía respecto a la UE ha sido de 1,5 puntos porcentuales de media anual. En función de lo anterior se plantea a su vez un escenario de evolución de la población cercana a la realidad actual, que supone un crecimiento de la población andaluza similar al de España. De este modo, se han obtenido los datos de las proyecciones realizadas por Eurostat para España y la Unión Europea hasta el año 2025.
Los resultados recogidos en el cuadro muestran, en primer lugar, que de mantenerse la tasa de crecimiento potencial observada en Andalucía en el período autonómico, Andalucía alcanzaría la convergencia en PIB per cápita a un nivel similar al de la media de la UE en 26 años y al nivel medio de España en 22 años.
En segundo término, si consideramos el tiempo necesario para alcanzar el nivel de PIB per cápita de 2001: Andalucía necesitará unos 13 años para alcanzar el nivel de riqueza relativa actual de la UE, y España un mínimo de ocho años.
En definitiva, podemos afirmar que la evolución de la economía andaluza medida por el PIB por habitante no presenta la situación dramática que algunas opiniones, publicadas recientemente, pretenden mantener; y que es posible la convergencia con la UE durante un período de tiempo no muy largo si se mantienen con tenacidad los actuales parámetros de política económica.
José Sánchez Maldonado y Andrés Marchante Mera son catedráticos de Hacienda Pública y de Estructura Económica respectivamente en la Universidad de Málaga.
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