Demostrar juventud
Frente a la idea de que no hay nada más sano y más renovador en política que la alternancia en el poder, es posible, y desde luego legítimo, oponer la de que lo importante es que quien gobierna lo haga por decisión democrática de los ciudadanos, y que es posible renovarse desde dentro, lo mismo que es posible que, aunque no se haya gobernado nunca, se agoten las ideas de oposición y no se tengan ideas de gobierno, o se tengan viejas y sin fuerza.
Sin fe ciega, ni desconfianza a ultranza, parece interesante permanecer atentos al discurso del presidente Chaves sobre la segunda modernización de Andalucía. Ha dicho el presidente en Granada, en la clausura de Conferencia Política del PSOE, que el debate que propone sobre esa segunda modernización 'carece de autocomplacencia y es valiente porque acapara todo el foco sobre los aciertos y los errores de su partido'. 'Tenemos', dice Chaves, 'la responsabilidad histórica de que todos los ciudadanos se impliquen y lograr una movilización cívica'.
Opiniones críticas aparte sobre la inconcreción o no de la propuesta, tiene algo de estimulante que el presidente crea que hay que convencer a los ciudadanos de la necesidad de participar, porque 'renunciar a la política es renunciar a un mundo mejor para todos'. Tiene que concretar su propuesta, tiene que demostrar que sus ideas nuevas tienen cuerpo, tiene que comprometerse aun más con una renovación de ideas y de políticas que no puede demorarse por más tiempo, si el PSOE quiere contar con los jóvenes, que van a ser protagonistas de ese futuro para el que aún no se han sentido llamados a la ilusión.
Esta semana, después de haber hablado para los suyos en Granada, tiene el presidente una cita con todos en el Parlamento. Debe ser el momento de la concreción de las ideas contenidas en su discurso por la segunda modernización, que no tiene más remedio que ser el compromiso renovado y de futuro de un PSOE que está en la tesitura de convencer a todos, pero fundamentalmente a quienes han nacido y crecido con el mismo partido en el gobierno, de que no está viejo ni ha agotado sus ideas. Es el reto y desde luego no es pequeño.
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