_
_
_
_
Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Un clima de alianza

Europeos y comunidades indígenas cooperan para reducir las agresiones a la atmósfera

Dos años antes de que en la Cumbre de Río de 1992 los gobiernos de todo el mundo acordaran actuar contra el cambio climático y la desaparición de las selvas tropicales, un grupo de municipios europeos y comunidades indígenas amazónicas ya habían decidido cooperar, en busca de estos mismos objetivos, a través de la denominada Alianza del Clima.

Aunque este empeño parezca reservado a los gobiernos centrales y los grandes avances solo puedan venir de un plan de acción a escala internacional, la alianza se empeñó en demostrar que esta es una batalla que tiene su primer frente en el ámbito local, el más cercano a los ciudadanos, donde los compromisos y los beneficios ambientales pueden resultar mucho más evidentes.

Para participar de esta iniciativa los municipios interesados deben suscribir un manifiesto en el que se comprometen a aplicar medidas que reduzcan las agresiones a la atmósfera, prestando apoyo a las iniciativas que buscan la conservación de las selvas tropicales. El documento se completó con la Declaración de Bolzano (Italia), suscrita en el año 2000, en donde se concretan estos compromisos, se ofrece una orientación práctica para ejecutarlos y se establecen mecanismos que permitan evaluar la efectividad de las medidas adoptadas.

Poca presencia de España

Hasta ahora se han unido a la alianza más de 900 municipios europeos que tienen como contraparte a la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica. La participación española sólo puede calificarse de ridícula, ya que tan solo dos localidades (las catalanas de Barcelona y Santa Margarida) participan en el proyecto, cifra que contrasta con los 413 municipios alemanes que han suscrito el manifiesto, los 235 austriacos o los 62 italianos.

Tratando de incentivar el apoyo español a esta iniciativa, Ecologistas en Acción ha puesto en marcha una campaña divulgativa en la que se pone de manifiesto la capacidad de respuesta de las autoridades locales frente al problema del cambio climático. Se ha elaborado un catálogo en el que se reúnen 120 buenas prácticas ambientales que pueden ser ejecutadas a escala municipal, así como una relación de proyectos innovadores que ya están en marcha en diferentes localidades europeas y que a escala continental se consideran modélicos. En esta última relación, en la que figura el sistema de tratamiento de basuras urbanas de Córdoba capital, tampoco destacan las aportaciones españolas (tan solo cuatro en un paquete de 36).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El principal objetivo de todas estas prácticas es reducir las emisiones de dióxido de carbono (el objetivo final es lograr un decremento del 50 % en 2010), actuando en el consumo de energía y en la ordenación del sector transportes. Asimismo, debe considerarse la protección de la atmósfera en todas aquellas actuaciones relacionadas con la recogida y tratamiento de basuras y aguas residuales, ordenación de terrenos agrícolas, gestión de zonas forestales y actividades turísticas.

Además de apoyar todos aquellos instrumentos que buscan la mejora en las condiciones de vida de los pueblos indígenas y el mantenimiento de sus recursos naturales, los municipios de la alianza se comprometen a no abastecerse de madera tropical procedente de explotaciones destructivas o bosques primarios, acogiéndose a los sistemas de certificación independiente.

Lo que parece una utopía se ha hecho realidad en algunas ciudades de las que participan en este proyecto. Así, los más de 400 colegios públicos de Hamburgo (Alemania) han conseguido reducir su consumo energético hasta un 20 %, y las autoridades han devuelto a los centros educativos la mitad de este ahorro en forma de bonificaciones.

No menos llamativo es el caso de Växjö (Suecia), donde han decidido dejar de utilizar combustibles fósiles, para lo que han convertido todo el centro urbano en zona peatonal, incorporando autobuses que consumen biodiesel. También hay ciudades como Hasselt, en Bélgica, donde el transporte público es gratuito, incluso el que conecta a este municipio con otros de su misma provincia, lo que ha supuesto un incremento de viajeros de cerca del 500 %.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

El ejemplo de Córdoba

Entre las 36 iniciativas que la Alianza del Clima destaca como modélicas para su aplicación en municipios europeos solo figuran cuatro españolas, una de ellas en Andalucía. El sistema de tratamiento de basuras urbanas que se aplica en Córdoba capital desde 1983 se destaca como uno de los más eficientes desde el punto de vista ambiental.

A través de Sadeco, la empresa municipal de saneamientos, se organizan todos los elementos que hacen posible la recogida selectiva de los residuos, obteniéndose unos elevados índices de recuperación de materiales fácilmente reciclables como el papel, el cartón o el vidrio. De este último, se han llegado a reciclar cerca de 3.000 toneladas al año, y de los dos primeros más de 5.000.

Este tipo de materias primas, junto a los envases de todo tipo que se vienen recuperando en una planta experimental en la que ya se procesan más de 160 toneladas al mes, vuelven al ciclo productivo a través de empresas sociales, algunas de ellas constituidas a partir de los recuperadores tradicionales que, en muchos casos, eran personas procedentes de sectores marginales que ahora se benefician de un empleo regulado.

Entre otras instalaciones, la ciudad cuenta con un vertedero controlado, una planta de reciclaje y fabricación de compost, un centro de recepción de inertes (a donde fueron a parar más de 300.000 metros cúbicos de escombros el pasado año) y cuatro ecoparques. A estos últimos pueden acudir los ciudadanos para depositar aquellos residuos que no son fáciles de eliminar mediante los contenedores tradicionales.

Al margen de las visitas programadas, a todos estos equipamientos, los centros escolares de la ciudad participan en diferentes programas educativos con los que se trata de sensibilizar a los vecinos en el empeño de lograr una ciudad más limpia y sostenible. EL PAÍS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_