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El Macba dedica una exposición al arte y la música electrónica

Hace 11 años, el centro Georges Pompidou de París organizó una exposición, Passages de l'image, que era una de las primeras que planteaban seriamente las relaciones entre el cine y las artes plásticas contemporáneas. La misma comisaria de aquella muestra, Christine van Assche, aborda ahora una relación aún más actual, la que se establece entre la música electrónica y las artes visuales a través, entre otros elementos, del impacto que ha supuesto para ambas disciplinas la aparición de las nuevas tecnologías y la utilización masiva del collage, el sampleado y el montaje en todas sus variantes.

Procesos sónicos. Una geografía de los sonidos se inauguró ayer en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), centro que colabora en la producción de la muestra y que la presenta antes de su exhibición en París con el patrocinio de Fundación Telefónica. Hasta el 30 de junio, una de las plantas del museo está ocupada por ocho instalaciones realizadas por músicos y artistas, un centro de documentación diseñado por Martí Guixé y una página web (www.sonic-process.org y www.macba.es/proces-sonic.html).

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Colaboración con Sónar

La exposición en Barcelona se ha hecho coincidiendo con el Sónar, el festival de arte multimedia y músicas avanzadas que celebrará su novena edición entre el 13 y el 15 de junio. El museo se integrará estos días de lleno en este festival, pionero en la defensa de las tesis que ahora defiende la exposición y que, de hecho, ya ha presentado anteriormente la obra de algunos de los artistas particpantes. Es el caso del colectivo londinense Coldcut (Matt Black y Jonathan More) -que colabora con el grupo Headspace para realizar una instalación interactiva- o el también londinense Robin Rimbaud, conocido por su alías de Scanner y que presenta una instalación en colaboración con el artista californiano Mike Kelley.

También fue el Sónar uno de los motivos de inspiración del trabajo de documentación que realiza desde hace años la artista estadounidense afincada en Viena Renée Green. El francés Mathieu Briand, el estadounidense afincado en Bruselas David Shea, el californiano Doug Aitken, el mexicano Gabriel Orozco, que colabora con el colectivo vienés Tosca (Rupert Huber y Richard Drfmeister), y el colectivo londinense Flow Motion/Hallinatur completan la lista de creadores que participan en este proyecto, cuyo inicio se gestó hace dos años.

Las instalaciones funcionan como ambientes en que la música y la imagen, o sólo la música, fluyen de manera continuada sin que pueda decirse que tengan una duración determinada. La comisaria explicó que se precisarían dos días para poder verlo y escucharlo todo, aunque la opción más común es la de dejarse llevar sin obsesionarse con pretender verlo todo. La entrada al museo incluye el pase para una semana. Destaca la publicación de un libro que analiza tanto la historia de la música electrónica como su impacto en las artes visuales.

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