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PANTALLA INTERNACIONAL

La censura italiana veta la exhibición a menores de 'La hora de religión'

El filme de Marco Bellocchio concursa en Cannes

Un par de blasfemias perfectamente insertadas en los diálogos de su última película, han impedido al veterano cineasta italiano Marco Bellocchio obtener el certificado de difusión para todos los públicos. La censura italiana ha prohibido el filme para los menores de 14 años, libres de contemplar en la pantalla toda clase de escenas de violencia, pero demasiado sensibles para oír un 'Porca Madonna' en sonido Dolby. Ha sido un pequeño disgusto para Bellocchio en medio de las satisfacciones. Porque, después de todo, La hora de religión será la única película que represente a Italia en el próximo Festival de Cannes, y el escándalo menor de la censura contribuirá a darle esa necesaria pátina de filme respondón con los poderes eclesiásticos. El veto de la censura italiana parece hecho a medida de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) que calificó la película de 'inaceptable y tramposa', abriendo interesantes expectativas para el filme en Cannes y en las pantallas italianas.

La hora de religión es, ante todo, un filme original que se pierde a mitad de camino dejando desconcertado y descontento al espectador. Su mayor aportación es su entrada, en clave casi surrealista, en el laberinto de los procesos de canonización vaticanos. La de Bellocchio es la devastadora mirada ajena y asombrada de su protagonista, un pintor agnóstico, lleno de dudas e inseguridades a quien el director, autor también del guión, ha puesto un nombre que -al menos en español- suena cómico, Ernesto Picciafuoco. Nuestro hombre se encuentra de la noche a la mañana sumergido en un mundo paralelo y casi fantasmal, cuando se le anuncia que el Vaticano prepara la canonización de su madre. El encuentro de Ernesto con el cardenal que preside el 'ministerio' vaticano de las causas de los santos; la extraña recepción repleta de nobles, obispos y cardenales, y su conversación con la absurda tía paterna que prepara el evento, son las pequeñas joyas del filme. Menos lograda la trama de familiares, incluido el hermano demente y blasfemo, que ha costado al director las críticas de los obispos.

Marco Bellocchio, de 63 años, representante de una generación de autores comprometidos de los años sesenta que dio al cine italiano películas como Prima della revoluzione, de Bernardo Bertolucci, y Las manos en los bolsillos, firmada por él mismo, ha defendido con energía su película. La hora de religión, dice, 'no es una película contra la religión, representa más bien la búsqueda espiritual y cotidiana de emociones y valores, dentro de una sociedad hipócrita y cínica, que, con frecuencia, se defiende y se esconde detrás de los dogmas'.

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