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La reforma convierte este Primero de Mayo en uno de los más numerosos y unitarios de los últimos años

La reforma del desempleo convirtió la Fiesta del Trabajo en una de las celebraciones más nutridas y unitarias de los últimos años. Miles de personas salieron a la calle en Castellón, Valencia, Alicante y Elche para expresar su rechazo a la política social del Gobierno del PP en una jornada que acabó en fiesta y sin incidentes. Frente a la prudencia de los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez y de CC OO, José María Fidalgo, respectivamente, los dirigentes valencianos fueron más allá e hicieron un llamamiento al paro general si el Ejecutivo no retira su proyecto de reforma. Los principales partidos de la oposición, PSPV-PSOE y EU, se unieron a la manifestación en solidaridad con los sindicatos. Otros colectivos se manifestaron en defensa de los inmigrantes, el Sáhara o el pueblo palestino. También hubo espacio para la protesta contra la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen y la falta de derechos laborales de los guardias civiles, reivindicados por la plataforma de familiares de estos agentes.

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La CGT, que celebró en solitario el Primero de Mayo, convocó como otros años su propia manifestación, con el mismo llamamiento a la huelga general.

La marcha de Valencia, la más numerosa, reunió a 20.000 personas, según los organizadores, y a 5.000, según la policía. Los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios aparcaron las diferencias de otros años y esbozaron un discurso sin fisuras contra la política laboral de José María Aznar. El dirigente de UGT-PV, Rafael Recuenco, abrió su discurso con un 'hace falta una huelga general. Se respira en el ambiente'. Poco después, el secretario de CC OO-PV, Joan Sifre, le daba la réplica: 'Nos movilizamos hoy y lo haremos en una próxima huelga general en defensa de la protección del desempleo'. Ambos exigieron la retirada de la propuesta porque 'frente a esa política no cabe otra respuesta'.

'Señor Aznar, señores empresarios, no sólo han colmado el vaso, que ya estaba lleno, sino que la última gota es tan importante como la primera', defendió el secretario general de los ugetistas valencianos. 'Nos movilizamos', añadió Sifre, 'por la plena ocupación, que se anuncia pero no llega. No existe para muchas mujeres, para los parados y para los sumergidos'.

Los sindicatos ampliaron sus críticas a otras políticas del Ejecutivo popular. Las reformas fiscales 'que no benefician a los trabajadores', los recortes educativos, sanitarios y también los salariales, completaron la lista de agravios denunciados por estos líderes sindicales. 'Estas son nuestras razones y vosotros, nuestra fuerza', les dijo Sifre a los miles de manifestantes.

Recuenco recordó a los trabajadores muertos en accidente laboral y a los inmigrantes -'cientos de ellos ahogados en el Estrecho'-, a los que defendió frente a la 'criminalización' de la que están siendo objeto por parte del Gobierno. 'Lo que ocurre en nuestra Comunidad con las agresiones, el vandalismo y los robos, nada tiene que ver con la inmigración, sino con la precariedad del trabajo y los bajos salarios', subrayó. Los dos dirigentes hicieron un alto también en la situación internacional y condenaron 'la hipocresía' de los gobiernos de la UE frente al conflicto palestino-israelí. Recuenco anunció movilizaciones en protesta por 'la masacre' palestina.

Los políticos apoyaron el acto, pero se mantuvieron en segundo plano. El secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, acompañado de miembros de su ejecutiva, dijo que este Primero de Mayo 'tiene que ser un punto de inflexión en las relaciones del Gobierno con los sindicatos' y aconsejó al PP que reconsidere su postura. 'Si no, entenderemos que protesten contra una concatenación de atropellos', añadió Pla. Esquerra Unida, con una nutrida representación, criticó, en palabras de su coordinador general, Joan Ribó, la reforma del paro y 'la unilateralidad' del PP.

En Alicante, 12.000 personas, según la organización, y 8.000, según la policía, participaron en la marcha de la Fiesta del Trabajo. La manifestación, que transcurrió sin incidentes, se desarrolló en un ambiente de prehuelga general y de radical rechazo a la política del Gobierno del PP. En el turno de parlamentos, el secretario de UGT en L'Alacantí, Javier Cabo, criticó las carencias de las políticas públicas de sanidad y educación, y exigió la retirada de la Ley de Extranjería 'que está llevando a los inmigrantes a la explotación y la esclavitud'. De la Casa, secretario de CC OO, pidió medidas contra la siniestralidad laboral y reclamó la solidaridad de los alicantinos con el pueblo palestino y la ex colonia española del Sáhara.

Entre los asistentes a la manifestación alicantina estaban dirigentes políticos de la izquierda como el senador socialista Ángel Franco y la edil del grupo municipal del PSPV Carmen Sánchez Brufal. El pulso que ambos mantienen por las primarias para la elección del candidato socialista a la alcaldía de Alicante quedó patente. Sánchez Brufal caminaba arropada por un nutrido grupo de simpatizantes y unos metros más atrás, con otro grupo quizás menos numeroso, les seguía el senador Franco. Hasta el líder de CC OO, José de la Casa, terció, aunque de manera muy subliminal, en la batalla socialista, cuando habló de la necesidad de un nuevo 'alcalde o alcaldesa para Alicante'.

También estuvo presente y, no precisamente en positivo, en el Primero de Mayo alicantino, el alcalde de Alicante, Luís Díaz Alperi, del PP. Los sindicalistas tacharon de 'dictatorial' su racanaría a la hora de facilitar los medios materiales a los organizadores para celebrar el evento. En Valencia, UGT y CC OO tuvieron que suscribir un seguro de responsabilidad civil de 150 millones de pesetas y formalizar una fianza para obtener el permiso municipal para las fiestas posteriores a la manifestación.

En Castellón, unas 1.500 personas participaron en la fiesta del Trabajo. Allí se escucharon críticas a las patronales de cerámica y de limpieza por su 'rigidez' en la negociación de los convenios.

El recién elegido secretario general de UGT de Castellón, Enric Pallarés, defendió que las medidas por las que aboga el Ejecutivo 'criminalizan a los parados' y añadió que el presidente del Gobierno, José María Aznar, quiere aprovechar la 'involución conservadora que recorre Europa, siguiendo el ejemplo de las políticas neofascistas de su amigo Berlusconi para materializar las voluntades del entorno empresarial'. La secretaria de CC OO, Encarna Barragán, destacó la necesidad de universalizar los derechos y libertades de todos los trabajadores e hizo especial hincapié en la situación del colectivo inmigrante en Castellón, que 'está obligado a vivir en una situación de irregularidad a merced de abusos laborales, explotación y carencia de derechos fundamentales, cuando no son objeto de actitudes de rechazo de tipo racista o xenófobo'. El portavoz del PSPV en las Cortes Valencianas, Joaquim Puig, el diputado autonómico Francesc Colomer y una amplia representación del grupo municipal socialista en Castellón, acudieron a la manifestación.

Un centenar de personas, convocadas por la CNT, se manifestaron por la tarde por las calles de Valencia. Según la polícia, algunos de los participantes arrojaron pintura contra la sede de CC OO y el Ayuntamiento de Valencia.

En Alcoy se aprovechó el Primero de Mayo para recordar al escritor y poeta local Joan Valls (1917-1989). Los protagonistas del homenaje evocaron con la lectura de distintos poemas la discriminación que sufren los autores en lengua catalana o las mujeres.

Esta información ha sido elaborada por Cristina Vázquez, Rosa Biot, Santiago Navarro, María Fabra y Lucía Gadea.

La cabecera de la manifestación del Primero de Mayo convocada por los sindicatos, ayer en Valencia.
La cabecera de la manifestación del Primero de Mayo convocada por los sindicatos, ayer en Valencia.JORDI VICENT

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