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Resistencia pacífica al desalojo del histórico edificio Can Masdeu

La policía no intervino por el peligro que suponía descolgar a los 11 'okupas' amarrados a la fachada

Un total de 11 jóvenes permanecen desde ayer por la mañana amarrados con cuerdas y arneses a la fachada de Can Masdeu para oponerse a la orden de desalojo del edificio, situado en el barrio de Canyelles de Barcelona. La casa pertenece a la Fundación Hospital de Sant Pau y está declarada patrimonio histórico. Ayer por la noche, ante la falta de medios para descolgar a los jóvenes por parte de la policía y la negativa de los bomberos a realizar una tarea que corresponde a las fuerzas de seguridad, todo hacía pensar que la situación podía prolongarse.

La orden de desalojo fue dictada por el Juzgado de Instrucción número 4, que tramita la denuncia por usurpación presentada por la fundación contra los okupas. Éstos critican que el juez haya decretado las actuaciones secretas -algo inusual en estos casos- y afirman que estarían dispuestos a dejar la casa, abandonada durante 53 años, si sus propietarios se comprometieran a rehabilitarla y ponerla al servicio de la ciudad.

A primera hora de la mañana de ayer, cuando la policía llegó a Can Masdeu, se encontró con 11 de sus 30 habitantes colgados con cuerdas y arneses en el exterior del edificio. Ante el peligro que comportaba descolgar a los okupas, el juez ordenó a los bomberos que se desplazaran hasta el lugar para analizar la situación y ver la posibilidad de llevar a cabo el desalojo. Los bomberos se negaron a efectuar el desalojo por considerar que no se trataba de una emergencia y que carecen de competencias para realizarlo. La policía, a su vez, no intervino para no poner en peligro la integridad de los jóvenes.

Los ocupantes del inmueble ingeniaron sistemas para colgarse del edificio que precisarían la intervención de varias grúas. Uno de ellos estaba colgado del pararrayos, otros dos se mantienían encima de una tabla atravesada en una esquina del edificio a modo de columpio y el resto estaban colgados en la fachada.

Can Masdeu fue en su día una leprosería y está situado en un paraje conocido como la Vall de Sant Genís. El edificio fue ocupado el pasado mes de diciembre por una treintena de jóvenes de varias nacionalidades. Tras apuntalar y acondicionar la casa, los jóvenes han vivido cuatro meses en ella cultivando un huerto, haciendo ellos mismos pan, reciclando desechos, bebiendo agua de un pozo y cortando leña del bosque. Incluso adaptaron una lavadora que funciona accionando el mecanismo de una bicicleta. Además, durante la ocupación los jóvenes han realizado actividades para el barrio, como talleres, charlas y fiestas populares.

Durante todo el día de ayer, vecinos, miembros de asociaciones, de otras casas ocupadas y del Foro Social Mundial -reunido estos días en Barcelona- se acercaron a la zona para mostrar su apoyo a los jóvenes y protestaron también frente al hospital de Sant Pau, donde algunos se encadenaron. Por la mañana, la concejal de Derechos Civiles del Ayuntamiento, Roser Veciana, intentó sin éxito mediar entre los okupas y el juzgado de instrucción. El abogado de los jóvenes, Jaume Ascens, criticó duramente la actuación del juez. 'Se les ha tratado como si fueran delincuentes', dijo.

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Los okupas se comunicaban con sus compañeros con teléfonos móviles y explicaron que disponían de agua y comida 'para aguantar dos días' colgados. Anoche, una cincuentena de personas se disponían a acampar frente a la casa, donde permanecían numerosos vehículos policiales y dos ambulancias.

MANOLO S. URBANO
Cuatro de los jóvenes <i>okupas</i> colgados con cuerdas y arneses, ayer, en la fachada de Can Masdeu.
Cuatro de los jóvenes okupas colgados con cuerdas y arneses, ayer, en la fachada de Can Masdeu.MANOLO S. URBANO

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