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Unos 34.000 niños menores de ocho años recibieron clases de idiomas el curso pasado

439 centros ofrecen el plan de anticipación lingüística para infantil y primer ciclo de primaria

Cerca de 34.000 alumnos de infantil y de primer ciclo de primaria participaron el pasado curso 2000-01 en el programa de anticipación lingüística que se desarrolla en 439 centros educativos andaluces. A esta edad tan temprana, los escolares inician el aprendizaje del primer idioma extranjero.

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Bilingües en francés y alemán

Si Mirian Carretero Parra, profesora de inglés en el colegio público San Gabriel de Almería, llega una mañana a la clase de infantil de 4 años y se olvida de pedir permiso para entrar, sus alumnos le recuerdan con pasmosa inocencia y naturalidad que no ha dicho 'Can I come in?' al abrir la puerta. Y es que para estos pequeñajos, que acaban apenas de incorporarse al sistema público de enseñanza, el aprendizaje del castellano y el inglés corren casi a la par.

El colegio San Gabriel es uno de los centros andaluces -hay 439 en toda la comunidad, que atendieron a cerca de 34.000 escolares el curso pasado- que se han incorporado al proyecto de anticipación lingüística propuesto por la Consejería de Educación hace un par de cursos.

Para ello tuvieron que elaborar un proyecto en el centro, someterlo a la aprobación del consejo escolar y presentarlo ante la administración. El proyecto fue aprobado y, desde el pasado curso, en este colegio se imparten durante un par de horas a la semana clases de inglés a los alumnos de tres y cuatro años.

Igual que el castellano

'Se trata de que vayan aprendiendo un segundo idioma de forma natural, igual que aprenden a hablar en castellano', explica Mirian Carretero. La joven profesora tiene muy claras las ideas del proyecto del que, junto al resto del centro, se ha responsabilizado: 'No me agobia tanto el vocabulario que pueden aprender en inglés como el hecho de que se familiaricen con ese idioma. Lo que más me importa es conseguir que asimilen lo que nosotros llamamos la funcionalidad del lenguaje, que empiecen a educar el oído y a acercarse a otro idioma de una forma atractiva'.

Cuando en el San Gabriel, uno de los centros públicos educativos más antiguos de Almería, se plantearon asumir la implantación experimental, y voluntaria, de la enseñanza de una lengua extranjera en niveles en los que ésta no es obligatoria, tuvieron que empezar por ajustar horarios. Había dos maestras especialistas en inglés y alguna de ellas tenía que asumir las clases de anticipación lingüística ya que Educación establece que la anticipación lingüística deberá ser asumida por el mismo profesorado del centro. No se contempla la posibilidad de contratar a maestros adicionales.

La anticipación lingüística es todavía un proyecto experimental y, como tal, ha empezado a funcionar sustentado, sobre todo, en el voluntarismo de maestros y maestras vocacionales. Mirian Carretero es una de esas maestras.

Pero el voluntarismo de los docentes choca en demasiadas ocasiones con la falta de recursos. Las clases de infantil en las que Mirian Carretero es 'la teacher' para renacuajos de 3 y 4 años, están empapeladas con dibujos sencillos bajo los que reza el nombre en inglés de un animal o un color. Son sencillos recursos didácticos que la maestra tiene que ir fabricando por su cuenta porque apenas han recibido en el centro una mínima parte del material preciso para acometer esta experiencia.

Sin embargo, a pesar de la falta de materiales específicos y de la novedad del proyecto, la 'teacher' Mirian Carretero no duda en calificar la experiencia como 'muy gratificante'. El director del San Gabriel, Andrés Molina, confirma que los padres de alumnos del centro, que acoge a unos 370 estudiantes atendidos por 21 profesores, vieron desde el principio con buenos ojos la anticipación lingüística.

Se trataba de aprovechar una capacidad que sólo está intacta cuando uno empieza a despertar a la vida: la capacidad de ser una esponja que absorbe todo lo que ve, todo lo que se le enseña y todo lo que le rodea. Y se trataba también de aprovechar la más temprana edad para que los chavales se familiaricen con un segundo idioma igual que lo hacen con lengua materna: jugando.

'Cuando los niños son muy pequeños se acostumbran a una serie de rutinas que después van perdiendo conforme crecen. En el caso de estas clases se trata de eso, de que asuman como aprendizaje en otra lengua las mismas rutinas que asumen en castellano', explica Carretero, que defiende que los maestros de infantil deberían recibir una mínima formación específica para poder trasladar a sus clases unos pequeños conocimientos de idiomas o música. 'Al final, los niños de infantil tienen su maestra o maestro y ellos son sus referentes diarios. Yo sólo soy su teacher', argumenta Mirian.

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