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Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

El ozono vuelve a dispararse

Las condiciones meteorológicas causan un empeoramiento de la calidad del aire

Desde 1998, y en diferentes puntos de Andalucía, se han registrado 214 episodios en los que la calidad del aire ha sufrido un notable deterioro al haberse detectado la presencia de algún contaminante en niveles que superaban los umbrales fijados por la ley. El ozono troposférico ha sido el protagonista en 154 de estos incidentes, lo que lo convierte en el agente químico más problemático de todos los que afectan a la atmósfera andaluza.

La pasada semana las concentraciones de ozono troposférico comenzaron a ser preocupantes en numerosas localidades andaluzas, hasta el punto de que la Consejería de Medio Ambiente hizo pública una nota en la que advertía de esta circunstancia. En ningún caso se superó el límite que obliga a informar a la población, fijado en la actualidad en 180 microgramos por metro cúbico de aire durante una hora, pero sí que se rebasaron los nuevos índices aprobados por la Unión Europea (120 microgramos) que, si bien no entrarán en vigor hasta 2010, se están aplicando por la Administración andaluza.

Esta estrategia, por la que la autoridad ambiental se somete de forma voluntaria a una norma que todavía no es efectiva, permitirá, a juicio de la consejería, 'acelerar los mecanismos posibles de mejora de la calidad del aire y cumplir con holgura los nuevos límites cuando éstos entren en vigor'. Pero, al mismo tiempo, un mayor nivel de exigencia provocará, al menos a corto plazo, un incremento en el número de episodios que habrán de ser calificados de forma negativa.

Mediciones

Cuando el año pasado se tomaron como referencia los 180 microgramos a los que obliga la ley, el número de ocasiones en las que hubo que informar a la población de esta circunstancia se elevó a 25, casi todas originadas a partir de mediciones efectuadas, durante los meses de junio y julio, en el casco urbano de Córdoba capital. Rebajando este umbral a los 120 microgramos, este año ya se habrían sumado un buen número de incidentes, algo que cualquier ciudadano puede comprobar consultando los niveles de contaminantes que a diario se publican en la página web de la consejería (www.cma.junta-andalucia.es/atmosfera/indatmosfera.html).

El pasado jueves, por ejemplo, se alcanzaron concentraciones de ozono troposférico de hasta 170 microgramos en Jerez de la Frontera (Cádiz), y se rebasaron los 120 microgramos en otras muchas localidades como Alcalá de Guadaíra (Sevilla), El Ejido (Almería) o Huelva capital. Es previsible que las condiciones meteorológicas, conforme avance la primavera y, sobre todo, durante el verano, contribuyan a empeorar esta situación.

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Aunque se trata del mismo elemento, nada tiene que ver este ozono, que se concentra a baja altura, con aquel otro que se dispone en la estratosfera, a unos 20 kilómetros de altura, y que nos protege de las radiaciones ultravioletas.

El ozono que se acumula cerca del suelo se produce al reaccionar óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles en presencia de una radiación solar intensa, lo que explica que los índices más elevados de este contaminante comiencen a registrarse en esta época del año y disminuyan a partir del otoño. Los óxidos de nitrógeno tienen su origen, sobre todo, en las emisiones de los vehículos a motor, mientras que los compuestos orgánicos volátiles proceden de los gases de combustión, de la evaporación de combustible en depósitos y estaciones de servicio y de los disolventes.

Cuando se combinan estos elementos (contaminantes, sol y elevadas temperaturas) comienza a generarse ozono en grandes cantidades. Si, además, el régimen de vientos no ayuda a la dispersión de este gas, pueden alcanzarse elevadas concentraciones. Se trata de un gas altamente tóxico, con propiedades oxidantes, que causa daños en la vegetación, en distintos materiales y en la salud de las personas que lo respiran.

La obligación de informar a la población cuando se rebasan ciertos niveles está orientada, sobre todo, a prevenir efectos indeseables en grupos de riesgo, como ancianos, niños y personas aquejadas de alguna enfermedad respiratoria. De cualquier forma, hasta ahora nunca se han rebasado en Andalucía los índices que obligan a una situación de alerta, en la que deben adoptarse medidas de emergencia.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

Un 'caldo fotoquímico'

El peculiar y complejo proceso que da lugar al ozono troposférico hace que sea muy difícil combatir la presencia de este gas en la atmósfera urbana. En principio, las medidas más razonables pasan por evitar la emisión de los agentes que dan lugar a este contaminante. Es decir, deberían reducirse los vertidos a la atmósfera de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, algo que puede conseguirse reduciendo el tráfico de los vehículos a motor.

Sin embargo, este tipo de medidas pueden tener un efecto opuesto al que se persigue. En grandes ciudades, donde el nivel de contaminación atmosférica es apreciable, los óxidos de nitrógeno recién emitidos pueden combinarse inmediatamente con el ozono, provocando que la concentración de éste disminuya. Ésta y otras reacciones químicas similares hacen que, a veces, al controlar con la mejor intención las emisiones de óxidos de nitrógeno el ozono se dispare. Es lo que los expertos denominan efecto fin de semana, curioso fenómeno observado en algunas ciudades europeas donde la contaminación por ozono troposférico alcanza sus mayores niveles en días festivos, justo cuando disminuye el tráfico y con él las emisiones de óxidos de nitrógeno.

En estos casos la mejor estrategia pasa por reducir los compuestos orgánicos volátiles y mantener cierta concentración de óxidos de nitrógeno. Pero, para complicar aún más las cosas, esta fórmula debe invertirse en las zonas que no están sometidas a una gran contaminación atmosférica, como sucede en ciudades de pequeño tamaño. En definitiva, hay que enfrentarse a un caldo fotoquímico cuya composición y reacciones son variables, por lo que también la receta para combatirlo es diferente en cada caso.

También es frecuente que los mayores niveles de ozono troposférico se midan en la periferia de las grandes ciudades y no en el mismo casco urbano.

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