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Entrevista:ARTURO PÉREZ-REVERTE | Escritor

'He escrito un corrido mexicano de 500 páginas'

El escritor Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) tomaba tequila con unos amigos en una cantina mexicana cuando escuchó un corrido en el que se cantaba la vida de Camelia la Tejana, una narcotraficante del Estado mexicano de Sinaloa. Ahí nació La reina del Sur, la última novela del autor español. Una historia marcada por la ley del más fuerte, que Alfaguara publicará con una tirada inicial de 275.000 ejemplares el 5 de junio, en plena Feria del Libro de Madrid.

'Sonó el teléfono y supo que la iban a matar'. Así arranca La reina del Sur, la última novela del escritor Arturo Pérez-Reverte, protagonizada por Teresa Mendoza, una narcotraficante que asienta su reinado en México y España.

'Si antes el misterio estaba en torno a un cuadro, esta vez está en el corazón de una mujer'
'No juzgo el mundo de los narcos. No hay cuestiones morales. La historia es cruel, dura'
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Pregunta. ¿De dónde surge La reina del Sur?

Respuesta. Yo he viajado mucho a México y lo conozco muy bien. Por mi trabajo de reportero había tratado con gente que se dedica al narcotráfico y que está conectada con la zona del Estrecho. Un día escuché los narco-corridos, ese tipo de canción que es la épica de la delincuencia. Recuerdo que estaba en una cantina tomando tequila con unos amigos y oí una de esas canciones: Camelia La Tejana. Era la historia de una narcotraficante de Sinaloa, un Estado del noroeste, junto al golfo de California, en el que mucha gente vive del narcotráfico: cultivo de marihuana, importación de cocaína para pasarla a Estados Unidos... Resulta que la droga es allí una forma de vida porque está en su economía, en su música, en su cultura en general. Cada persona que matan, cada cosa que ocurre, se hace folclore y leyenda viva a través del corrido. En su origen, el corrido era la épica de la revolución, pero ahora es una épica de la droga. Es un mundo durísimo, muy difícil de entrar, que me sedujo mucho. Hay grupos como Los Tigres del Norte o los Tulcanes de Tijuana que son como Camarón de la Isla para nosotros. Hay una forma de vestir, de hablar, de disfrutar. Ese mundo me fascinó, pero yo no tengo la capacidad de hacer un corrido de tres minutos. No tengo ese talento. Entonces decidí hacer un corrido de 500 páginas.

P. ¿Qué significa eso sobre el papel?

R. La novela tiene estructura de corrido. Cada capítulo lleva un título de canción. Dentro de ese mundo tan especial quise contar la historia de Teresa Mendoza. Fui a Sinaloa, me instalé con ellos, tomé mis copas con la gente de allí y recorrí cada uno de los lugares que describo para conseguir la precisión geográfica que tienen todas mis novelas.

P. ¿Quién es Teresa Mendoza?

R. Es una chica de 22 años típica de Sinaloa. Analfabeta, de origen muy humilde, novia de un piloto de avionetas que lleva marihuana y cocaína a Estados Unidos desde la sierra de Sinaloa. Se llama David El Güero. Teresa vive con él y de él. Van a restaurantes, compran ropa cara hortera. Ella ve telenovelas, escucha canciones de Juan Gabriel... Pero en ese mundo, cuando algo sale mal, sale fatal. Si metes la pata, matan a toda tu familia. El día que yo llegué a Sinaloa habían matado a 15 personas. El día que me fui habían liquidado al jefe de policía de 60 disparos a la puerta de su casa. David, el novio de Teresa, intenta pasarse de listo y lo matan a él y a su familia. La tipa consigue huir y logra llegar a España, a la zona de Gibraltar.

P. ¿Por qué viene Teresa a España?

R. Tiene conocidos. En esa parte (Ceuta, Melilla, Gibraltar) y durante 12 años se convierte en la reina del Sur. Va a la cárcel y allí descubre los libros. En la celda lee y se queda deslumbrada con El conde de Montecristo. También en la cárcel conoce a una mujer, hija de una rica familia jerezana, que se enamora de ella y la ayuda ocupándose de su educación y refinamiento. Teresa tiene la particularidad de que cada golpe que le da la vida consigue empujarla hacia arriba. Poco a poco progresa y se convierte en la mujer que en los años noventa revoluciona la forma de hacer el narcotráfico en el sur de España. Triunfa y sale en el ¡Hola! Invierte en Marbella y se convierte en alguien muy poderoso, algo así como la Koplowitz del narcotráfico.

P. ¿Es entonces cuando vuelve a México?

R. Vuelve porque tiene que ajustar cuentas con su pasado.

P. ¿Cómo contempla ese mundo?

R. No lo juzgo. Es un mundo que está ahí y mis personajes se mueven en él. No hay cuestiones morales o éticas. La historia es cruel, dura. Otras veces he trabajado con la historia. En esta ocasión no hay elementos del pasado. Si antes el misterio estaba en torno a un cuadro o una carta, esta vez el misterio está en el corazón de una mujer.

P. ¿Al escribir esta novela ha descubierto cosas del mundo de las mujeres que no supiera?

R. Por primera vez en mis novelas el punto de vista narrativo es el de una mujer. Cuento desde dentro cómo es esa mujer, cómo se relaciona con los hombres. Ha sido una aproximación literaria en toda regla. Eso me ha llevado a otro problema importante que es el del lenguaje. Para mí, cada novela es un poema narrativo que hay que resolver. Cada novela exige su documentación, sintaxis, etcétera. En este caso es una mujer, y de Sinaloa. Analfabeta al principio, que habla y piensa con el argot sinaloense, algo que no entienden ni siquiera el resto de los mexicanos. He tenido que conseguir que ese lenguaje resultara asequible para cualquier lector normal. Hay un trabajo previo muy importante: conseguir el tono adecuado. Ha sido apasionante jugar con un lenguaje que es español, pero que no es el nuestro. Convertirlo en herramienta fundamental de la historia ha sido un trabajo durísimo durante más de dos años y medio.

P. ¿Cómo se ha asesorado?

R. Hablando con la gente en las cantinas. He hecho pruebas de lenguaje y de sintaxis. Hice una lista de 7.000 palabras que han leído amigos mexicanos y españoles. Al final encontré una forma de contar que hace que el lector pueda leer sin atrancarse. El lenguaje es para mí lo mejor del mundo, pero siempre tiene que estar al servicio de la trama. Hay otra cosa: que cada historia que vives en un libro te modifica a ti mismo. Con esta novela he descubierto que todavía hay puertas en el español que manejo que se podían abrir perfectamente. Siempre he sido muy encorsetado en el lenguaje (el español de Galdós, Quevedo) y he evitado anglicismos, americanismos, pero esta vez ha sido un trabajo voluntario el introducir elementos heterodoxos. Eso me ha abierto puertas expresivas.

P. Por el mundo de Teresa Mendoza desfilan las mafias más importantes...

R. Está la mafia mexicana, española, rusa. Cada una tiene sus métodos pero unas mismas leyes. El mundo de los delincuentes tiene unos códigos no escritos que se respetan a rajatabla. Es su forma de supervivencia. Son personajes éticamente reprobables, pero mantienen códigos absolutamente férreos.

P. ¿Qué cambia en ese mundo cuando el jefe es una mujer?

R. Nada. Juega con una ventaja: se la supone débil y puede tener un coraje muy superior al de un hombre. Todos la infravaloran al principio sin saber (ella tampoco lo sabe) que tiene una posibilidad de crueldad, de cálculo, de coraje o decisión muy superior a los hombres que la rodean. Es un mundo en el que si pierdes la chingaste, y eso lo sabe ella mejor que nadie.

P. ¿Qué aspecto tiene Teresa Mendoza?

R. No es ni guapa ni fea. Es una joven de 22 años corriente que de repente se ve en la calle corriendo pistola en mano y se crece. Habla poco y mira mucho. Al leer El conde de Montecristo piensa que todos los libros hablan de ella.Aprende a impresionar a los hombres. Tiene toda la capacidad de crueldad del mundo porque no tiene frenos morales. Ha sido violada a los 13 años, ha vivido cambiando dólares para los narcos en la calle Juárez.

P. ¿Se enamora?

R. No. Tiene hombres pero sabe que no puede enamorarse. Un día descubre ante el espejo a una mujer que la está mirando pero que no es ella. Decide jugar en un mundo en el que las reglas las han hecho los hombres y sabe que si retrocede cae. No tiene retaguardia. En cada paso se la juega y por eso es más cruel que cualquier hombre. Es como un soldado en territorio enemigo que sabe que a la derrota le sigue el exterminio.

P. Le veo contento con el personaje y con la novela.

R. Uno sabe cuándo ha conseguido lo que quería.Yo había visto a esa chica y sé que he escrito lo que quería. Sí, estoy contento.

Arturo Pérez-Reverte.
Arturo Pérez-Reverte.ÁLVARO FELGUEROSO
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