El astronauta de pago vuela hacia la Estación Internacional
Un grupo de turistas presenció el despegue en Baikonur
Al mando del comandante ruso Yuri Gidzenko, con el astronauta europeo Roberto Vittori como ingeniero de vuelo y el pasajero de pago Mark Shuttleworth (surafricano), partió ayer desde la base de Baikonur (Kajazstán) la misión Marco Polo hacia la Estación Espacial Internacional (ISS). Allí les recibirá mañana la tripulación de la base, formada por un ruso y dos estadounidenses.
Tras permanecer ocho días en la ISS, a casi 400 kilómetros de altura sobre la Tierra, la misión Polo emprenderá el regreso. El lanzamiento de la nave Soyuz se realizó ayer a las 8.26, hora peninsular, y fue seguido por familiares y amigos de los astronautas y también por 24 turistas que han viajado desde EE UU, Australia, Tailandia, Holanda y Alemania en una excursión de sabor espacial organizada por Space Adventures, la misma empresa estadounidense que gestionó el acuerdo entre Shuttleworth y la compañía rusa Energia.
Shuttleworth ha pagado 22,5 millones de euros por salir al espacio y ayer se le notaba la satisfacción. Lleva en su uniforme el lazo rojo contra el sida. Las banderas surafricanas no faltaron en la entusiasta despedida en la ceremonia antes del lanzamiento. Si el miércoles un cura ortodoxo bendijo la nave Soyuz, costumbre adquirida hace tres o cuatro años, según el responsable de la carga de combustible, ayer les tocó el turno de bendiciones a los astronautas, visitados por los curas a las cinco de la mañana.
Poco antes del lanzamiento habían llegado a Baikonur los padres y hermanos del turista espacial, según informó Space Adventures. 'Esta mañana estaba un poco nervioso, ansioso, y es comprensible, pero está muy, muy feliz y sonriendo, como siempre', comentaba poco antes del lanzamiento Wayne Derman, médico de Shuttleworth. En total, 10 personas forman el equipo de apoyo de Shuttleworth.
Vittori también paga
Pero también Vittori, teniente coronel del Ejército del Aire italiano, siendo un astronauta profesional y responsable de las operaciones de ingeniero de vuelo durante la misión, es en cierto modo un pasajero de pago, ya que la Agencia Espacial Italiana (ASI) y la Astronáutica Militar del país han costeado el vuelo, aunque se inscribe en el programa de colaboración entre la agencia espacial rusa Rosaviakosmos y la Agencia Europea del Espacio (ESA), a cuyo destacamento pertenece Vittori. El precio ha sido parecido al del pasaje de Shuttleworth: la ASI ha aportado 15 millones de euros, y la Astronáutica Militar italiana, cinco.
Vittori, en su primer vuelo espacial, se encargará de cuatro programas de observación biomédica: uno sobre el ejercicio en condiciones de microgravedad y la fatiga muscular asociada, otro sobre adaptación del sistema nervioso central, un tercero de ensayo de nueva ropa espacial y el último de control de presión sanguínea y ritmo cardiaco.
Los tres astronautas permanecen en la minúscula cápsula Soyuz, encogidos, con las piernas dobladas sobre el pecho, sin poder moverse durante los dos días que duran las maniobras espaciales de aproximación a la estación. Su llegada a la ISS está prevista para mañana a primera hora de la tarde. Allí serán recibidos por el comandante Yuri Onufrienko y los ingenieros de vuelo Dan Bursch y Carl Walz.
El despegue de la Soyuz, seguido por visitantes y familiares desde unos 800 metros de distancia (mucho más cerca de los cuatro kilómetros permitidos en la base estadounidense de Cabo Cañaveral o en la europea de Kourou), se produjo a la hora prevista. El ascenso del cohete, de 42 metros, fue saludado por vítores de los seguidores de Shuttleworth seguida de brindis con champaña, mientras la delegación italiana tenía una actitud más formal y los rusos y kazajos asistentes parecían más sorprendidos por los huéspedes que por el lanzamiento, operación que ellos realizan a menudo.
La misión Marco Polo supone el lanzamiento número 413 realizado desde la plataforma ayer utilizada, la misma de la que despegaron hace 41 años Yuri Gagarin, el primer cosmonauta, y el famoso Sputnik, que inauguró la era espacial en 1957. En el registro, el lanzamiento de ayer se inscribe como uno más.
La nave se quedará en la ISS como vehículo de emergencia. Gidzenko, Vittori y Shuttleworth regresarán el próximo 4 de mayo en otra Soyuz, amarrada a la ISS desde hace casi seis meses. Esta sustitución es el objetivo principal de la misión, que se denomina vuelo taxi, algo que los rusos deben hacer periódicamente mientras no haya una nave de emergencia específica para abandonar la base si hay una emergencia. Los rusos pretenden aprovechar los trayectos para incluir a astronautas de pago, como Shuttleworth. La NASA aún no ha dado el paso de vender pasajes en sus transbordadores, pero algunos no lo descartan para un futuro.
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