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NOTICIAS Y RODAJES

Chatiliez ironiza sobre los jóvenes que se amotinan en la casa paterna

El director francés basa 'Tanguy' en un hecho real

Elisa Silió

Hacer llorar es más fácil que hacer reír en el cine. Sólo hay que ver el resultado de las elecciones del pasado domingo en mi país', ironizaba ayer en Madrid el director francés Étienne Chatiliez. Así que él, amante de los retos, estrena hoy en España de nuevo una comedia, Tanguy, ¿qué hacemos con el niño?, la cuarta, tras triunfar con La vida es un largo río tranquilo (1988), La alegría está en el campo (1995) y ¿Qué hacemos con la abuela? (1990).

El largometraje -protagonizado por André Dussollier, Sabine Azema y Eric Berger- está basado en un hecho real aparecido en la prensa. 'Una mujer italiana quiso echar de casa a su hijo de 31 años y cambió el cerrojo. Éste la denunció y ella se vio obligada por la justicia a acogerlo', cuenta Chatiliez. 'La historia de esta mujer me hizo reír, porque soy un poco vicioso. Me parecía interesante esta idea anormal, porque suelen ser los hijos los que se quieren deshacer de unos padres viejos y estúpidos'.

Tanguy, de 28 años, es un hijo único repelente que no está dispuesto a abandonar la casa de sus padres, que le han alquilado un estudio. Eso provoca una lucha encarnizada entre éste y sus progenitores, que toda su vida han vivido para él. 'Todos los padres del mundo piensan durante veinte segundos al día en estrangular a sus hijos, aunque nadie se atreve a decirlo', asegura el realizador, que se fue de casa a los 21 años.

Chatiliez no ha querido hacer un retrato generacional, sino contar la historia de Tanguy, 'un extraterrestre que no se queda en la casa por comodidad, sino por una concepción de la vida diferente', señala. 'Sus padres no han cometido ningún error histórico, pero Tanguy se ha convertido en la china de su zapato'.

Lo más difícil del guión, coescrito con Laurent Chouchan, fue para el cineasta 'conseguir que Tanguy no pareciera un idiota'. 'Él no está en casa viendo la tele en el sofá y bebiendo cerveza. Él es el mejor y el peor hijo que unos padres pueden tener', apunta Chatiliez, que ha llevado al cine a más de cuatro millones de espectadores en Francia con este filme.

Sus hijos son pequeños, pero confía en que se emancipen pronto. 'Me preocuparía si no lo hicieran. Pensaría que no he cumplido bien mi misión de educador si no son capaces de ser autónomos'.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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