'Vi como el avión impactaba en la otra torre y pensé:¿qué hace ese loco?'
Dos bomberos de Nueva York relatan su experiencia del 11 de septiembre
Tim McCauley tiene 44 años, ojos minúsculos y una mirada profundamente azul. Junto a Tom Grinshaw, de 52, hablador y extrovertido, correrá el próximo domingo la IV Cursa dels Bombers de Barcelona. Son atletas aficionados, pero, sobre todo, bomberos. Dos de los 9.000 que se jugaron la vida en los rescates por los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York el pasado 11 de septiembre -murieron 343 de ellos-. Por primera vez, vienen a Europa para contar su experiencia.
Pregunta. ¿Cuál fue su misión exacta el 11 de septiembre?
Respuesta. Tom. Me estaba entrenando para un maratón por Central Park cuando, de repente, vi la gran nube de humo. No sabía qué pasaba y me acerqué a una mujer que llevaba una radio. Antes de tener ninguna información, pensé que aquello era un atentado. Después, tuve que actuar.
'Cualquier cosa que sucede, por pequeña que sea, provoca el miedo en la gente'
Tim. Yo estaba en el departamento de bomberos; habíamos recibido una llamada para un incendio y, al volver, ya vi el humo y cómo el segundo avión se estrellaba contra la torre. Pensé 'qué hace ese loco'. Al llegar al departamento, salí hacia las torres.
P. Siete meses después de la tragedia, ¿cómo se sienten?
Tom. Es díficil decir cómo me siento. Cuando me paro a pensar y me acuerdo de los amigos, a veces me siento culpable porque sigo viviendo y haciendo mi trabajo como si nada hubiera pasado. Por otra parte, pienso que es una actitud normal porque si no me volvería loco, más teniendo en cuenta que esto no se ha acabado...
Tim. A veces, estoy bien. Pero, cuando lo pienso, vuelvo a sentir pena por la gente que perdió familiares, casa, amigos... Es como una partida de tenis de mesa, a veces estás arriba, otras abajo.
P. ¿Qué fue lo que más les impresionó?
Tim. Nada en especial. Recuerdo que nos juntamos todos rápidamente y nos pusimos a trabajar sin pensar en lo que había sucedido y en lo que estábamos haciendo. Pero, quizá, lo que más me sorprendió fue cómo el avión pudo atravesar aquella mole de hierro.
Tom. Lo que más me impresionó fue la visión del vacío. Pensar que tan sólo un año antes habíamos estado allí con bomberos de Londres, haciendo una especie de carrera que consistía en subir hasta lo alto de una de las torres. Desde allí, hicimos fotos de la ciudad y ahora no queda nada. ¡Es increíble!
P. La trágica experiencia ¿ha cambiado de algún modo su forma de trabajar?
Tom. Se sigue trabajando allí y apenas hemos variado nuestra forma de hacerlo. Pero, por si volviera a pasar una cosa así, hemos ideado sistemas para mejorar la comunicación y establecer más claramente las áreas en las que se ha de situar cada uno.
P. ¿Creen que deberían modificarse las estructuras de los edificios para evitar tragedias de este tipo?
Tom. No soy constructor; no sabría qué decirle.
P. Pero, ¿cree que en el futuro no se construirán rascacielos?
Tom. Es una opinión personal, pero creo que no se volverán a hacer edificios tan altos.
P. Cuando, la semana pasada, una avioneta se estrelló en Milán contra otra torre, ¿qué pensaron?
Tim: En un primer momento, deseé que no tuviera ninguna conexión con lo que sucedió en Estados Unidos. Después, vi que el agujero, comparándolo con los de las torres, era pequeño. Enseguida pensé en un suicidio.
Tom. Después de ver lo que sucedió en Nueva York, nada es comparable. Cualquier cosa se queda pequeña a su lado.
P. ¿Mantienen el contacto con alguna de las personas que conocieron durante la tragedia?
Tom. Aquello fue un hecho concreto; teníamos demasiado trabajo y poco tiempo para establecer relaciones. Lo que sí hicimos fue ponernos de nuevo en contacto con amigos a los que no veíamos desde hacía mucho tiempo.
P. ¿Cuál es la situación actual de los afectados por los atentados? ¿Han recibido alguna ayuda por parte del Gobierno?
Tom. Desconozco las cantidades, pero las familias afectadas están recibiendo indemnizaciones.
P. ¿Consideran que Nueva York ha superado el estado de pánico que generaron los atentados?
Tim. Sinceramente, no. Cualquier cosa que sucede, por pequeña que sea, provoca el miedo en la gente.
Tom. La gente intenta olvidar y salir adelante, pero decir que está superado, sería faltar a la verdad.
P. ¿Se puede olvidar un suceso de estas características?
Tim. Consigues olvidarlo por momentos, pero siempre permanece en el subconsciente.
P. ¿Cómo se supera?
Tim. Haciendo lo que el corazón te dicta. Yo tenía pánico a volar; llevaba 18 años sin coger un avión. Ahora estoy volando más que en toda mi vida.
P. Cuando ahora los llaman para trabajar, ¿sienten miedo de que pueda tratarse de algo similar?
Tim. No trabajamos con ese pánico. Tenemos una pauta que nos indica lo que vamos a hacer.
P. ¿Estaban preparados para afrontar un trabajo de la magnitud del que hicieron en las torres?
Tim. Personalmente, no estaba preparado. Estaba muerto de miedo, nervioso... Una vez allí, vi lo que había que hacer y simplemente, no sé cómo, lo hice.
P. En las academias, ¿los preparan física y psicológicamente para afrontar tragedias de este tipo?
Tom. No. Es imposible preparar para una cosa así. Pero las cosas cambiarán. Enseñarán a los aspirantes a comunicarse mejor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.