Ericsson elimina 20.000 empleos más para afrontar su segundo año en 'números rojos'

La luz al final del túnel que Ericsson aguarda desde hace dos años continúa sin aparecer. El gigante sueco de las telecomunicaciones perdió ayer una cuarta parte de su valor en Bolsa, con una caída de la acción que llegó al 25%, al anunciar pérdidas por 403 millones de euros en el primer trimestre y reconocer que no prevé volver a los beneficios este año, después de entrar en números rojos en 2001. Ericsson suprimirá otros 20.000 puestos de trabajo hasta 2003 para hacer frente a la crisis que atraviesa por la caída de la demanda. El año pasado ya eliminó 22.000 empleos.

El objetivo de Ericsson, que empleaba a 85.000 trabajadores a finales de 2001, es reducir la plantilla a 65.000 puestos en 2003, a razón de 10.000 empleados al año, para ahorrar más de 2.000 millones de euros. Sólo al final de este proceso, la compañía confía en salir de las pérdidas. El director del consorcio, Kurt Hellström, indicó ayer que prevé que los números rojos continúen este año y que 'en algún momento de 2003 podría invertirse la situación y comenzar a obtener ganancias'. Ericsson registró en 2001 sus primeras pérdidas de su historia, que sumaron 3.285 millones de euros.

Todo dependerá, en cualquier caso, de la evolución del mercado mundial de las telecomunicaciones, que nadie puede pronosticar con certeza. Para el resto de este año, los directivos de Ericsson prevén una caída de las ventas de teléfonos móviles, pero destaca el descenso superior al 10% de las ventas en redes móviles, el punto fuerte de la compañía.

Sin embargo, el comienzo del año no ha sido muy optimista. Los resultados correspondientes al primer trimestre arrojan pérdidas netas por 3.700 millones de coronas suecas (403 millones de euros), muy por encima de lo previsto por los analistas, frente a los beneficios por 400 millones de coronas de igual periodo de 2001. La cifra de negocio cayó un 25,7%, hasta los 37.000 millones de coronas (4.021 millones de euros), y las órdenes de pedidos se desplomaron un 40%.

La reducción de plantilla se centrará en Suecia. De los 20.000 despidos anunciados, cerca de la mitad serán en ese país, según Hellström, que no especificó cómo afectará el ajuste al resto de países ni en qué divisiones de la empresa. Fuentes de la compañía indicaron que el recorte no afectará, en principio, a España, donde está en marcha un expediente de regulación de empleo de 450 trabajadores sobre una plantilla de 3.000 personas. Además, la compañía anunció en junio pasado la venta de su planta de producción de móviles de Zamudio (Vizcaya). 'La mayor parte del ajuste ya está hecho', señaló un portavoz de la compañía, que añadió que es demasiado pronto para saber las consecuencias de la nueva reducción de plantilla en España.

Pese a estos resultados y a que no hay buenas perspectivas de invertir la tendencia en el futuro inmediato, Hellström dijo ser optimista. De lo que se trata 'es de estar en las mejores condiciones posibles para cuando la coyuntura cambie'. Para ello se apuesta por mayores inversiones en investigación y por cosechar los frutos de la colaboración con Sony para los teléfonos móviles.

Simultáneamente, Ericsson anunció una nueva emisión de acciones que le proporcionaría 30.000 millones de coronas suecas (3.260 millones de euros).

Mínimo de cinco años

La Bolsa de Estocolmo castigó con dureza las previsiones anunciadas ayer por Ericsson, que arrastró a la baja al resto del sector de las telecomunicaciones. Las acciones de la compañía llegaron a caer un 25%, hasta las 26,6 coronas, lo que supone su nivel más bajo en cinco años. El fabricante perdió en pocas horas 7.650 millones de euros de su capitalización bursátil. Al cierre, la caída se moderó hasta las 28,30 coronas por título.

Todo el sector se vio afectado. Telefónica Móviles, por ejemplo, perdió un 2,18%, hasta los 7,19 euros. Siemens, que también anunció un recorte de plantilla que afecta a 5.000 trabajadores, cayó un 6,07%. Alcatel bajó un 3,87%, mientras Vodafone retrocedió un 4,69% y France Télécom un 3,87%.

El nuevo ajuste de plantilla de Ericsson ha causado inquietud no sólo en medios sindicales, sino también en el Gobierno, que aspira a revalidar mandato tras las elecciones generales que se celebrarán el próximo mes de septiembre. El 27 de marzo del año pasado, Ericsson anunció el despido de 2.700 empleados de sus fábricas de Kumla y Linköping. Menos de un mes después, el 20 de abril, se anunció una reducción de 10.000 puestos en el total de la plantilla, lo que significó para Suecia una disminución de 6.300 en todo el año. Ahora la plantilla se enfrenta a 10.000 nuevos despidos.