'El deber de todo intelectual es ser lo más humilde posible', afirma Marichal
El historiador Juan Marichal (Santa Cruz de Tenerife, 1922) recibió el pasado viernes un homenaje en su isla natal a sus 80 años. Junto a su esposa, Solita Salinas, y su hijo Carlos, en un acto en el que participaron el historiador Santos Juliá y el catedrático canario de Filología Francesa Antonio Álvarez de la Rosa, Marichal descubrió la historia de su vida y cómo, según sus palabras, 'el azar determina la vida de los humanos'.
'No hubiera estado aquí hoy si no fuera por las cosas que me han sucedido en el pasado', señaló. Pronunció un emocionado recuerdo a quienes le ayudaron en cada etapa de su vida. Al recoger la placa en homenaje a sus 80 años de manos de Ricardo Melchior, presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Marichal sentenció: 'El deber de todo intelectual es ser lo más humilde posible'.
Marichal se remontó a su infancia y juventud y recordó cómo pasó un año entero en la casa del padre de Óscar Domínguez. Agradeció entonces haberse hecho amigo de un chico impedido, cuya única diversión era leer, al que acompañaba todas las tardes y quien le despertó el placer por la lectura.
Marichal recordó los años de la guerra y el exilio, su paso como profesor en Estados Unidos y su regreso a Tenerife en 1968, de la mano de José Luis L. Aranguren, 'que me decía que en Canarias había más libertad de expresión que en el resto de España', afirmó, y de Domingo Pérez Minik.
