La Convención aconseja reforzar la seguridad en la UE, principal preocupación de los europeos
La tercera reunión de trabajo de la Convención sobre el futuro de la UE, que se inició ayer en Bruselas, centró buena parte de sus debates en la necesidad de reforzar la política de seguridad de la Unión y, por tanto, la política exterior común. Al inicio de la sesión, plagada de referencias al 11-S y a la crisis en Oriente Próximo, se difundieron los resultados de un Eurobarómetro realizado en octubre y noviembre de 2001, según los cuales el 91% de los europeos considera que la prioridad máxima de la UE debe consistir en preservar la paz y la seguridad.
La seguridad, el paro o el medio ambiente 'son los problemas del día a día de los ciudadanos', destacó el comisario Michel Barnier, en una velada crítica al hecho de que muchos dirigentes europeos hacen profundos discursos sobre la Unión sin apenas referencias a los asuntos que preocupan a la opinión pública. También Peter Hain, representante del Gobierno británico en la Convención, se refirió a la necesidad de aumentar la seguridad internacional con la participación de la UE, pero enseguida recordó que 'las cuestiones más importantes al respecto seguirán siendo competencia de los Parlamentos nacionales'.
El objeto de la sesión de ayer era abrir el debate sobre cómo deben repartirse las competencias entre la UE y los Estados. Pierre Moscovici, representante del Ejecutivo francés, señaló que, para avanzar hacia un modelo federal europeo, hay que concretar ese reparto, pero apostilló que las políticas europeas exterior y de seguridad tendrán que seguir siendo definidas por los Estados.
En una línea similar se expresó Gianfranco Fini, el representante del Ejecutivo italiano, quien apostó por una verdadera política europea sobre seguridad o emigración, para precisar a continuación que la UE, por el contrario, debe devolver a los Estados competencias que pueden ser ejercidas mejor por los Gobiernos o las regiones. 'Italia no cree en un catálogo cerrado de competencias', agregó.
Otros oradores se mostraron muy críticos. El eurodiputado francés Alain Lamassoure (UDF) dijo que si continúa 'el espectáculo' que está dando la UE, la Unión no sólo no será capaz de hablar con una voz única en el exterior, 'sino que nos callaremos juntos'. El diputado español José Borrell (PSOE) señaló que 'la lenta, descoordinada e ineficiente' reacción de la UE tras el 11-S acabó siendo 'un desastre' y ha dado paso a otra 'lenta y torpe' actuación ante lo que pasa en Oriente Próximo.
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