Conflicto en la Sinfónica de Barcelona

La fecha fijada para nombrar al sustituto del estadounidense Lawrence Foster como director titular de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) era el pasado día 3 de abril. Pero el consejo de administración prefirió aplazar ese nombramiento a finales de mes. Motivo: la falta de consenso entre los consejeros y los propios músicos en torno al nombre de Ernest Martínez Izquierdo (Barcelona, 1962), propuesto para el cargo.

Desde mediados de marzo pasado, las aguas sinfónicas barcelonesas también bajan agitadas. La renuncia de Foster, que se hará efectiva a finales de la presente temporada, un año antes de que expire su contrato, ha sembrado inquietud entre los músicos. Algunos de ellos manifestaron al director general de la orquesta, Joan Oller, su disconformidad con que Martínez Izquierdo ocupara el primer atril de la formación. Le consideran 'no capacitado' para el puesto por su 'falta de experiencia'.

Pero Oller, que con anterioridad fue gerente de la Orquesta Pablo Sarasate de Pamplona, de la que Martínez Izquierdo es el actual titular, considera que el perfil del joven director es el que mejor se ajusta a los objetivos que se ha fijado: mayor implicación de la OBC con la sociedad catalana, mayor atención al repertorio contemporáneo (Martínez Izquierdo es fundador del grupo Barcelona 216) y una política de invitaciones más generosa con jóvenes intérpretes españoles. La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, las dos administraciones de las que depende el presupuesto, están de acuerdo con este planteamiento.

Falta de repertorio

La falta de familiaridad con el gran repertorio clásico y romántico del candidato -otra de las críticas de los músicos- se suplirá, según el diseño de Oller, con tres principales directores invitados: Jesús López Cobos -a quien se le propuso el cargo antes que a Martínez Izquierdo, pero que no lo aceptó-; el alemán Franz-Paul Decker -titular de la OBC entre 1986 y 1991 y actual director invitado-, y el propio Lawrence Foster, que pasará a responsabilizarse de tres programas por temporada, manteniendo así su vinculación con una orquesta que, tras haberle acogido con frialdad en 1996, ha acabado por considerarle una pieza clave, especialmente tras la exitosa gira por Estados Unidos en febrero pasado.

Los músicos que se oponen a Martínez Izquierdo han anunciado acciones de protesta si finalmente es nombrado. Piden que, antes de ello, se lleve a cabo una votación consultiva, extremo que Oller les ha negado al considerar que ya tienen a sus representantes legales para hacer llegar sus opiniones al consejo de administración.