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Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alboroto culinario en Sevilla

Margot Molina

Los que entran por primera vez en el restaurante Zarabanda no pueden evitar un sentimiento de envidia sana al contemplar el ambiente de este pequeño local. Cuando llega un cliente habitual es como si lo estuvieran esperando en una fiesta familiar. Saluda al anfitrión, besa a los de la mesa de al lado, se entretiene charlando con otros amigos en la barra o entra en la cocina para ver qué se cuece. No es que todos hayan quedado ese preciso día, sino que este establecimiento -cuyo nombre significa alboroto y también es el nombre de una danza cortesana del siglo XVII- transmite familiaridad y cariño. Victoria Montes y Paco Lozano abrieron el local en 1989, y muchos de sus comensales les son fieles desde entonces. Victoria, de ascendencia gallega y asturiana, ha creado una carta con aciertos como la escalibada sobre pasta de pizza (5,85 euros), la ensalada de paté casero y aguacate (5,85 euros) o un jugoso jarrete de ternera al horno (7,85 euros). La buena mesa se completa con la simpatía de Paco Lozano, quien siempre tiene un chascarrillo, un cotilleo sano o un chiste en la boca.

Zarabanda

Padre Tarín, 6. Sevilla. Teléfono: 954 38 05 90. Cerrado las noches de domingo y lunes.

Aunque la carta empieza con una larga lista de pizzas, su fuerte es la comida casera elaborada con alimentos frescos, mucho mimo y sencillez. El local, escondido en una pequeña calle del centro de Sevilla, está justo al lado de la plaza de la Gavidia. Su ubicación es perfecta, tanto para tomar antes unas cervezas por las bodegas de la plaza como para ir de copas después por la Alameda de Hércules. Todo queda a un tiro de piedra. Artistas, músicos y otros muchos relacionados con el ambiente cultural de la ciudad suelen llenar siempre sus mesas.

Claro que tantas facilidades se pagan. A partir del jueves noche y hasta el domingo es imposible presentarse sin reservar y el nivel de ruido sube más de lo deseable. En Zarabanda no hay que hacer cuentas para comer por menos de 15 euros. Emilia Vasconcellos, la encargada de la cocina y también autora de varios platos, prepara un magnífico ajoblanco con manzana (3,50 euros). Entre los primeros destacan los cardos con almendras (5,85 euros), el pastel de puerros (5,85 euros) o los bollos preñaos (3,15 euros). Una copa de Paternina cuesta 1,35 euros. Para el plato principal, además del jarrete, son famosos el pollo con almendras (7,85 euros) o el lomo al caramelo (7,85 euros). Pero a los habituales les gusta compartir, así que casi siempre los platos están al centro y se reservan para alguno de sus maravillosos postres (todos a 2,60 euros). El tiramisú es el rey de la casa, aunque la recién incorporada tarta de naranja con chocolate negro no se le queda atrás.

Los que entran por primera vez en el restaurante Zarabanda no pueden evitar un sentimiento de envidia sana al contemplar el ambiente de este pequeño local. Cuando llega un cliente habitual es como si lo estuvieran esperando en una fiesta familiar. Saluda al anfitrión, besa a los de la mesa de al lado, se entretiene charlando con otros amigos en la barra o entra en la cocina para ver qué se cuece. No es que todos hayan quedado ese preciso día, sino que este establecimiento -cuyo nombre significa alboroto y también es el nombre de una danza cortesana del siglo XVII- transmite familiaridad y cariño. Victoria Montes y Paco Lozano abrieron el local en 1989, y muchos de sus comensales les son fieles desde entonces. Victoria, de ascendencia gallega y asturiana, ha creado una carta con aciertos como la escalibada sobre pasta de pizza (5,85 euros), la ensalada de paté casero y aguacate (5,85 euros) o un jugoso jarrete de ternera al horno (7,85 euros). La buena mesa se completa con la simpatía de Paco Lozano, quien siempre tiene un chascarrillo, un cotilleo sano o un chiste en la boca.

Aunque la carta empieza con una larga lista de pizzas, su fuerte es la comida casera elaborada con alimentos frescos, mucho mimo y sencillez. El local, escondido en una pequeña calle del centro de Sevilla, está justo al lado de la plaza de la Gavidia. Su ubicación es perfecta, tanto para tomar antes unas cervezas por las bodegas de la plaza como para ir de copas después por la Alameda de Hércules. Todo queda a un tiro de piedra. Artistas, músicos y otros muchos relacionados con el ambiente cultural de la ciudad suelen llenar siempre sus mesas.

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Claro que tantas facilidades se pagan. A partir del jueves noche y hasta el domingo es imposible presentarse sin reservar y el nivel de ruido sube más de lo deseable. En Zarabanda no hay que hacer cuentas para comer por menos de 15 euros. Emilia Vasconcellos, la encargada de la cocina y también autora de varios platos, prepara un magnífico ajoblanco con manzana (3,50 euros). Entre los primeros destacan los cardos con almendras (5,85 euros), el pastel de puerros (5,85 euros) o los bollos preñaos (3,15 euros). Una copa de Paternina cuesta 1,35 euros. Para el plato principal, además del jarrete, son famosos el pollo con almendras (7,85 euros) o el lomo al caramelo (7,85 euros). Pero a los habituales les gusta compartir, así que casi siempre los platos están al centro y se reservan para alguno de sus maravillosos postres (todos a 2,60 euros). El tiramisú es el rey de la casa, aunque la recién incorporada tarta de naranja con chocolate negro no se le queda atrás.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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