El Congreso podrá conocer en secreto los acuerdos con EE UU
Piqué y Powell firman el nuevo convenio de Defensa hasta 2010
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, reconoció ayer que los acuerdos que regularán la intervención en España de los servicios de investigación criminal de Estados Unidos y las medidas de protección de sus fuerzas no formarán parte del convenio de Defensa, ni serán aprobados por el Congreso, pero señaló que éste tiene 'procedimientos' para conocerlos, en alusión a la Comisión de Secretos Oficiales.
Tras firmar el nuevo Convenio de Cooperación para la Defensa entre España y EEUU, que prorroga la presencia estadounidense en las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) hasta el año 2010, Piqué compareció ante la prensa con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.
El ministro aludió a la autorización concedida al Servicio de Investigación Criminal Naval y a la Oficina de Investigaciones Oficiales de la Fuerza Aérea para investigar, en conjunción con las Fuerzas de Seguridad y el servicio español de inteligencia, asuntos que afecten a personal o bienes de EE UU.
Piqué destacó que 'hace muchos años' que estos servicios actúan en España, aunque es la primera vez que se incluyen en el convenio, lo que supone un 'esfuerzo de transparencia y claridad frente al Parlamento'. Agregó que estas operaciones 'se hacen siempre con pleno respeto a la soberanía y bajo la responsabilidad de las autoridades españolas'.
No obstante, admitió que las normas reguladoras, en las que deberán plasmarse los procedimientos de relación de los servicios de investigación militar de EE UU con las Fuerzas de Seguridad y los límites de su actuación, figurarán en un acuerdo al margen del convenio que no será sometido a la aprobación de las Cortes.
Ese acuerdo, argumentó, recogerá 'procedimientos y acciones operativas que, por razones de seguridad, no conviene que sean conocidas de manera normal'. A continuación agregó que 'es cierto que parlamentariamente hay procedimientos para que todas estas cosas puedan conocerse salvaguardando todos los requisitos de seguridad necesarios y así va a ser'. Fuentes gubernamentales indicaron que esos acuerdos tendrán carácter secreto y que el Congreso podrá conocerlos, si los reclama, a través de la Comisión de Secretos Oficiales.
Por su parte, Powel afirmó que la base del convenio es 'la cooperación mutua. Cualquier cosa que hagamos en cualquiera de los campos abarcados por el acuerdo son esfuerzos conjuntos acordados con espíritu de colaboración'.
Piqué expresó su 'enorme satisfacción' por el nuevo convenio que da un 'marco de estabilidad, certidumbre y amistad' a las relaciones con EE UU. Al acto asistió también el ministro de Defensa, Federido Trillo-Figueroa, quien firmó la Declaración de Principios para el Desarrollo de la Cooperación en materia de Equipamiento e Industria de Defensa, suscrita el pasado día 4 en Washington por el jefe del Pentágono, Donald Runsfeld.
Un solo tratado, dos estatutos
Al margen de la resolución del conflicto laboral de Rota, que ha quedado aparcada, y de declaraciones de carácter más retórico, como convertirse en 'socio privilegiado' de EE UU, el Gobierno español nunca desveló cuáles eran sus objetivos en la negociación del convenio bilateral, aunque la revisión fue iniciativa suya. Trascendió, no obstante, el propósito de equiparar el estatuto de los militares españoles en EEUU con el de los militares estadounidenses en España. Se trataba de que, en vez de dedicar dos capítulos del convenio, el IV y el V, al estatuto de unos y otros, hubiera un solo capítulo común para ambos. Naturalmente, la diferencia cuantitiva es notable: EE UU tiene unos 4.000 militares en España, mientras que no llegan a 200 los militares españoles en EE UU. Eso significa que, aunque tuvieran iguales derechos y deberes, unos se beneficiarían mucho más que otros. El lunes, Piqué dijo en el Congreso que el nuevo convenio avanza en la armonización de los estatutos de ambas fuerzas, pero que 'una equiparación matemática no siempre es posible'. Se mantienen, por tanto, dos capítulos. Cada vez más similares, pero distintos. A petición de EE UU, el estatuto se amplía a todo su personal militar y civil en España, y no sólo al destinado en las bases, 'en relación con sus deberes oficiales'. La diferencia jurídicamente más relevante entre españoles y americanos, aunque infrecuente en la práctica, es que los segundos no pueden ser encarcelados preventivamente en España. Un juez de EE UU podría ceder a las Fuerzas Armadas españolas la custodia de un acusado español, según dijo en el Congreso el ministro Defensa. Pero un juez español estaría obligado a ceder la custodia de un americano, según el tratado. La OTAN tiene un único estatuto de fuerzas, el SOFA (1951). El mismo para EE UU y para Luxemburgo.
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