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Los controles sobre el agua del Ebro se duplicarán antes del verano

¿Qué pasó en el Ebro entre el 25 de diciembre y el 3 de enero últimos? ¿Por qué se produjeron dos episodios contaminantes? ¿Cuál fue su origen? ¿Cómo se evitarán en el futuro hechos similares? Son cosas que la oposición preguntó ayer al titular de Medio Ambiente, Ramon Espadaler. Muchas preguntas, pero pocas respuestas. El consejero se escudó en que el asunto está en los juzgados para no informar sobre el origen de la contaminación. Eso sí, aseguró que los controles sobre el agua del Ebro se duplicarán antes del verano y que lo que pasó, fuese lo que fuese, no volverá a ocurrir.

La verdad es que ayer había poco ambiente en la comisión de Política Territorial del Parlament en la que compareció Espadaler. Hubo momentos en que en la sala apenas había media docena de diputados y faltaban grupos enteros. El PP estaba tan diezmado que tuvo que intervenir la diputada Carina Mejías, que no pertenece a esta comisión. ICV y ERC cumplieron con un solo diputado. CiU y el PSC no echaron el resto.

La causa de las sillas vacías (más que llenas) era la proliferación de comisiones. El reglamento prevé que se reúnan hasta tres por día. Ayer había convocadas cuatro. El resultado es que algunos jefes de grupo iban de una sala a otra buscando diputados cuando había que votar resoluciones.

Comparaciones

Así, Espadaler pasó casi inadvertido, algo impensable en su antecesor, Felip Puig, que levantaba pasiones (no siempre amistosas). Lo recordó el diputado Manel Nadal, quien le dijo a Espadaler que se había ganado en modos y en disposición dialogante, pero se había perdido intensidad política. 'Usted, más que un político, parece un gestor'. Espadaler replicó que de ningún modo, que a nacionalista de los buenos, a él no le gana ni Felip Puig.

Perdido el debate en las formas, el contenido apenas interesaba a los propios debatientes. La diputada Marta Camps puso énfasis a las preguntas. Una y otra vez preguntó con rotundidad por el mercurio del Ebro, por los hidrocarburos del Ebro, por el futuro del Ebro. Nada. Espadaler no perdió la flema y sólo se avino a anunciar la firma de un convenio entre la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que pondrá fin a 17 años de disputas sobre quién controla el río, además de incrementar los controles.

El convenio se firmará este mes o el próximo e incluye la cesión del control del agua, los sedimentos y los peces a la ACA. Como cada entidad los controlará quincenalmente, el resultado serán controles semanales. El convenio incluye algo que ahora no se hace: intercambio de información en tiempo real. La oposición pedía más inspectores y que se les diera al menos una barca para poder tomar muestras que no fueran de la orilla. Espadaler dijo que no hace falta.

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