26 agentes persiguen a 12.000 perros

Un total de 26 agentes de la Guardia Urbana perseguirán las infracciones y los comportamientos incívicos que se cometan con animales domésticos. Se estima que en la ciudad de Barcelona hay unos 12.000 perros. Pero la persecución durará exactamente 15 días: desde el 8 hasta el 22 de abril. 'Se trata de una campaña especial para informar y sensibilizar a los propietarios de los animales', precisaba ayer el intendente mayor de la Guardia Urbana, Lluís Jiménez, que no acabó de aclarar en qué situaciones se pasará de informar a sancionar.

Una de las infracciones más corrientes es no recoger las defecaciones de la vía pública: 'En primer lugar, se trata de informar y sensibilizar. Pero también sancionaremos cuando los dueños reiteren comportamientos por los cuales ya han sido advertidos antes. En el caso de perros peligrosos, cuando cometan infracciones reguladas por decretos anteriores al del 22 de marzo. Y si infringen alguna disposición de este último texto, que aún puede resultar desconocido, no se les sancionará de forma directa, sino que primero recibirán información'.

La campaña tiene por objeto a todo tipo de animal doméstico, perros de todas las razas y gatos, aunque incidirá de forma especial en las razas de canes consideradas potencialmente peligrosas. El objetivo de la campaña es lograr que no se dejen excrementos en el suelo, que los perros no vayan sueltos y, de forma especial, controlar que todos los propietarios de razas potencialmente peligrosas cumplan con los requisitos legales.

Las conductas que más molestias suelen ocasionar están recogidas en las ordenanzas municipales de Medio Ambiente. Por ejemplo, si un perro no va atado se prevé una multa de 60 euros (10.000 pesetas), la misma sanción que por dejar los excrementos en la vía pública. Esta infracción es muy habitual en las calles de la ciudad y especialmente en los parques, incluso en los que existen zonas acotadas para los animales.

De hecho, a la luz de los datos de sanciones y denuncias del año pasado, se desprende que los agentes no ven las conductas irregulares: de las 780 denuncias administrativas del año pasado, unas 85 fueron por deposiciones de animales. Baste un dato: en Barcelona hay 12.000 perros censados y los propios responsables municipales reconocen que el número real es mucho mayor. El 25% de las denuncias de 2001 fueron porque los perros iban sueltos y un 42% por molestias y ruidos. En 2001, se decomisaron 50 animales.