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Reportaje:

Cuando la cuenca de Mieres retó a Franco

Los mineros asturianos conmemoran los 40 años de la mayor lucha obrera contra el régimen desde la guerra civil

Hace 40 años, una protesta laboral en el pozo Nicolasa, de Mieres, fue el detonante que volvió a colocar a los mineros de Asturias en la vanguardia del movimiento obrero español. Las huelgas mineras de 1962, que paralizaron las cuencas hulleras del Caudal y del Nalón, y que se propagaron de inmediato al sector metalúrgico de ambos valles y de Gijón, pusieron en pie contra el franquismo a 60.000 obreros de Asturias en la mayor convulsión social que había conocido la dictadura desde el final de la Guerra Civil. La chispa estalló el 7 de abril y ayer, para conmemorar la efeméride, la Fundación Juan Muñiz Zapico, de CC OO, reunió en Mieres, no muy lejos de donde se desencadenó la protesta, a un centenar y medio de protagonistas de aquella rebelión obrera.

Los huelguistas del 62, ya jubilados, asistieron a la presentación de un libro colectivo realizado por una treintena de historiadores sobre los acontecimientos que ellos protagonizaron, posaron para la posteridad frente al consistorio municipal y compartieron un almuerzo en el que volvieron a oírse, con la misma pasión idealista de entonces y el mismo espíritu de sacrificio, las convicciones firmes de los viejos luchadores. Nunca claudicaron y todos repiten ahora con orgullo que fue su lucha, y la de tantos otros obreros españoles, la que permitió el avance social y la reconquista de los derechos cívicos, políticos y sindicales.

Alberto Muñiz Álvarez, Berto Loredo, 64 años, es uno de los dos únicos mineros que aún viven de aquel primero de Nicolasa que puso en marcha el movimiento. Entonces tenía 24 años. 'Demostramos que era posible luchar contra el franquismo y plantarle cara pese a todas las represalias que padecimos'. Berto sufrió 20 detenciones, fue condenado dos veces por el Tribunal de Orden Público y sumó 11 años de cárcel y de despidos.

El otro superviviente de Nicolasa, Luis Mora Álvarez, 71 años, fue procesado por un tribunal militar. El coronel que lo juzgó le miró a los ojos y le dijo: 'Hay que ver, con la limpieza que hicimos en Asturias, y aún quedan raíces'. Permaneció en la cárcel de Carabanchel hasta enero de 1964. 'Todos volveríamos a hacer lo mismo otra vez si fuese necesario'.

Francisco González García El Cordobés, 82 años, llegó a Asturias procedente de su Córdoba natal para trabajar en el pozo Barredo. 'A mí me sacaron esposado de la mina y me llevaron a Carabanchel. Entre presidio y despido estuve nueve años. Pero fue una lucha capital'.

Eliseo Iglesias, 60 años, hermano del ex secretario general de PCE y ex coordinador de IU, Gerardo Iglesias, exhibe un codo deformado como secuela de las torturas y los malos tratos. Fue despedido y estuvo en la cárcel cinco veces. 'A mi padre y a mi hermano siempre los vi en presidio. Nuestra lucha fue muy costosa pero fue valiosísima porque nos permitió avanzar'.

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Manuel Rodríguez Rodríguez Víctor Casucu, 67 años, promovió la huelga en el pozo Santa Bárbara. 'La huelga del 62 y las siguientes dañaron seriamente a estamentos del sistema', dice.

Ayer, 7 de abril, se cumplieron 40 años del comienzo de todo aquello. La huelga se prolongó hasta la primera semana de junio, pero volvería a estallar en los meses de agosto y septiembre. Durante aquellos largos meses de paro y represión, relevantes intelectuales españoles suscribieron manifiestos colectivos en apoyo de los mineros asturianos. Los estudiantes salieron a la calle y popularizaron el grito Asturias, si: Opus, no. Se decretó el estado de excepción, hubo deportaciones, consejos de guerra, torturas, despidos, encarcelamientos y cierres patronales. Ya nada habría de ser igual.

Los veteranos de la huelga minera de 1962 posan en Mieres para celebrar los 40 años de la protesta.
Los veteranos de la huelga minera de 1962 posan en Mieres para celebrar los 40 años de la protesta.EFE

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