Piqué afirma que la UE estudia imponer sanciones a Israel 'muy pronto' si la situación sigue empeorando
El Consejo extraordinario de Asuntos Exteriores de la Unión Europea celebrado el pasado miércoles en Luxemburgo para debatir la crisis de Oriente Próximo estudió las posibilidades de adoptar medidas de presión contra Israel, según indicó ayer el canciller español, Josep Piqué, que afirmó que dicha decisión habrá de ser considerada en firme 'muy pronto' si la situación sigue deteriorándose.
Las medidas discutidas son 'de tipo diplomático y comercial, más que económico' y se derivan del Acuerdo de Asociación que la UE fírmó con el Estado hebreo en 1995. Ese convenio, al amparo del cual las dos partes mantienen un volumen de intercambio anual de unos 10.000 millones de dólares (unos 11.360 millones de euros), que corresponden a cerca del 40% del comercio exterior israelí, incluye, como todos los que firma la UE, una cláusula que condiciona su aplicación a una conducta del Estado signatario acorde con el respeto de los derechos humanos.
'No quisiera que se plantee esto de forma que nos desvíe del objetivo fundamental de que se ponga en práctica la resolución 1.402 de la ONU', que exige el alto el fuego y la retirada de Israel de las ciudades palestinas ocupadas, dijo ayer Piqué. 'Es prematuro hablar de ello, pero, si la situación sigue empeorando, probablemente tendremos que considerar una decisión muy pronto', añadió, tras señalar que 'Sharon acaba de declarar que las operaciones en curso van a durar tres semanas más, y eso va en contra de lo acordado por el Consejo de Seguridad'.
El ministro reveló también que en el mismo consejo de Luxemburgo se debatió el envío de una fuerza de interposición, promovida 'no sólo por Francia', dijo, 'sino también por el Reino Unido'. Aclaró que dicha fuerza únicamente puede plantearse en el contexto de la ONU, tras su aprobación unánime por el Consejo de Seguridad, y que, por tanto, excede del marco de decisión comunitario.
Piqué hizo estas declaraciones al regreso de su visita el pasado jueves a Israel, junto al alto representante de Exteriores de la UE, Javier Solana, de la que, asegura, 'no volvimos disgustados ni decepcionados. La volveríamos a hacer'. Insistió en que fueron a Tel Aviv a sabiendas de que no lograrían ver a Arafat y en cómo, por no deteriorar la autoridad de éste, renunciaron a ver a otro interlocutor palestino y a la entrevista con el primer ministro israelí, Ariel Sharon. Lo importante, sostiene, es que pudieron insistir en la necesidad del alto el fuego y de que Israel se retire.
De regreso, Piqué habló por teléfono con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y le manifestó su satisfacción por el último discurso de Bush acerca las posiciones de Europa y EE UU. 'Las consideraciones [muy negativas] de Bush sobre Arafat son respetables y legítimas', añadió Piqué, 'pero Arafat tiene legitimidad electoral y todos tendremos que actuar en consecuencia'.
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