El factor ruso

¿Qué tiene Rusia en contra de Víctor Yúschenko? En sus primeros comentarios de los comicios parlamentarios en Ucrania, la mayoría de políticos, analistas y expertos electorales rusos (algunos de ellos directamente implicados en las campañas de sus vecinos) coincidían en su rechazo de Yúschenko, al que tildan de 'antirruso'.

El politólogo Gleb Pavlovski, que ha trabajado en el equipo de Víctor Medvedchuk, se congratulaba ayer de que Yúschenko no haya conquistado aún una posición de favorito de todo el país de cara a las elecciones presidenciales.

A Yúschenko, que tiene mucho en común con los reformistas liberales de la Unión de Fuerzas de Derechas de Rusia, no le ha valido sus esfuerzos por demostrar que su deseo de integrarse en Europa no va en contra de Rusia.

Inmediatamente después de las elecciones, el antiguo jefe del Gobierno y presidente del banco central de Ucrania subrayó que, a la hora de definir su política exterior, Kiev no debe elegir entre Rusia, la Unión Europea, Polonia y Estados Unidos, porque todos ellos constituyen sus 'socios estratégicos'.

Estas declaraciones no convencen a los rusos, que ven a Ucrania bajo el prisma de sus propios esquemas y temen la cristalización de un Estado económicamente próspero e independiente de Moscú.

Los rusos tienen dificultades para pensar en la convivencia con un dirigente ucranio que defienda los intereses de la totalidad del país y sea un patriota de su propio Estado.

Los estereotipos entre un 'enemigo' al estilo báltico o en un lacayo al estilo bielorruso no tienen aún un término medio. Pero ni el presidente Leonid Kuchma es Alexandor Lukashenko ni Yúschenko puede permitirse el lujo de compartir las posiciones antirrusas del Báltico, en un país cuyas regiones orientales están fuertemente integradas en la economía rusa y que tiene enormes dependencias en el sector energético.