_
_
_
_
EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Israel amplía el asedio a otras tres ciudades palestinas

El Ejército israelí reconoce que 700 personas han sido detenidas en la capital de Cisjordania

Quince tanques israelíes bloquean el camino de Belén. También está cerrado el acceso desde la carretera que usan los colonos judíos del asentamiento de Gilo. Durante la madrugada, Israel ha extendido su Operación Muro Defensivo y enviado carros de combate a otras tres ciudades palestinas: Qalquilya, Tulkarem y Belén. El despliegue no disminuye la presión sobre Ramala en el cuarto día de ocupación. Anoche, volvía a ser escenario de combates. Durante el día, la artillería israelí provocó incendios en dos edificios, uno de ellos sede de la principal ONG palestina.

Más información
El Ejército rodea con alambradas y sacos el refugio de Arafat
Gráfico animado:: La ofensiva israelí contra la autoridad palestina
Participación:: La opinión de los lectores
Israel amplía su ofensiva y refuerza el asedio a Arafat
'Esperamos que surjan otras fuerzas palestinas que quieran hablar de paz'
Los palestinos denuncian el bombardeo de la puerta trasera de la basílica de Belén
Israel amplía su ofensiva a seis ciudades y bombardea un cuartel palestino en Betania
Los palestinos denuncian el bombardeo de una puerta de la basílica de Belén
El Ejército israelí bombardea Hebrón tras asegurarse el control de seis ciudades palestinas
Sharon acelera la ocupación de Cisjordania con ataques en Hebrón, Nablús y Jenin

Bassem, el conductor palestino israelí, no se desanima. Conoce otra ruta. En el control de Malha decimos que vamos al convento de los salesianos. Afortunadamente, los religiosos no han cerrado la verja y por el camino de cabras que transcurre entre sus fincas llegamos a Beit Yala, uno de los pueblos de las afueras de Belén que también fue visitado por los tanques al alba.

Las huellas del paso de los blindados son evidentes. Barro, aceras destrozadas, pero sobre todo calles vacías y persianas bajadas. La gente tiene miedo. Sólo en el patio de la iglesia, un grupo de hombres se ha reunido a maldecir la última humillación. 'Es la cuarta vez que entran en Beit Yala y la tercera en Belén, han llegado a 500 metros de la iglesia de la Natividad', anuncia Elías, un vendedor de repuestos ortodoxo. 'Vaya y compruébelo usted misma', añade.

El campanario de la Natividad da las doce. Poco a poco, la gente empieza a aventurarse fuera de las casas y la plaza frente a la iglesia es el ágora de Belén. Naser, joven guía turístico en una ciudad que hace 18 meses que no ve un turista, se ofrece a enseñarme los tanques. 'Los ves, hay tres, justo encima de la colina', indica a la vez que señala con el dedo el monte de Gendasha. No sé calcular si hay 500 metros, pero en todo caso desde allí tienen a su merced a los 40.000 habitantes de Belén.

Tomada por soldados

También está a su merced la casa del cuñado de Raed Abu Eid, que por encontrarse en un alto ha sido tomada por los soldados israelíes tres días atrás. 'Les han echado', explica todavía incrédulo Raed. Y eso que debiera estar curado de espanto. Una bala israelí mató hace dos meses a su primo Musa, un joven de 18 años, dentro de su propia casa.

'Ha sido un error invertir aquí', se queja entre dientes Sarabi Tameri, copropietario de los hoteles Bethlehem y Natividad, que volvió desde Estados Unidos cuando se estableció la Autoridad Palestina en 1994. 'Acabo de viajar a Perú para ver la posibilidad de emprender algún negocio; esto no tiene pinta de solucionarse en un plazo razonable', admite descorazonado.

La mayoría no cree que los israelíes vayan a atreverse a matar a Arafat, ni siquiera a expulsarle de los territorios autónomos. 'Sólo pretenden humillarle', manifiesta Issam, quien a pesar de su repulsa a la ocupación no aprueba los atentados suicidas. 'La situación es tan atroz que quieren hacer algo, pero ése no es el camino', asegura.

Este electricista de confesión ortodoxa muestra su preocupación por el nuevo bloqueo: 'Es peor que otras veces; esta vez han venido para hacer daño, para destruir lo que se había construido en siete años'.

Los residentes de Ramala tuvieron la misma impresión ayer cuando vieron cómo los soldados israelíes, altavoces en mano, conminaban a salir de la sede del Comité de Auxilio Médico a todo el personal sanitario, los pacientes y sus familiares, e incluso el pequeño grupo de pacifistas italianos que se encontraba dándoles ánimos. El edificio de la más importante ONG palestina terminó en llamas.

Sin embargo, no hubo cambio en la situación en torno a la sede presidencial palestina, donde el general Giora Eiland, responsable de planificación del Estado Mayor, asegura 'que todavía hay decenas de hombres buscados'. 'Hasta que no salgan no vamos a cambiar nuestra forma de actuar', subrayó Eiland. Aun así dijo que sus hombres tienen 'órdenes muy estrictas de evitar los disparos contra el edificio'. El cerco de los blindados a Belén no evitó que ayer por la tarde un francotirador palestino disparara desde una colina de las afueras de esa ciudad y matara a un israelí en el barrio de Har Homa, al sur de Jerusalén. El incidente desencadenó un tiroteo. Disparos palestinos hirieron también a otros ocho israelíes en las proximidades de Ramala. Por su parte, ocho personas, siete extranjeros y un cámara palestino, resultaron heridas por disparos israelíes durante una manifestación pacifista cerca de Belén. El Ejército israelí reconoció ayer que 700 personas habían sido detenidas en Ramala durante los cuatro días de ocupación. 'Entre ellas, hay un número relativamente importante de personas que buscábamos', señaló a la prensa el general israelí Ron Kitrey.

Blindados y tropas israelíes se desplegaban ayer en los alrededores de Belén.
Blindados y tropas israelíes se desplegaban ayer en los alrededores de Belén.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_