'Si nos vamos todos, no habrá testigos de lo que está pasando'
Gema Otero es la única trabajadora humanitaria española que permanece en Ramala, la capital administrativa de la Autoridad Nacional Palestina, ocupada desde el jueves pasado por las tropas israelíes . A pesar de la advertencia del Consulado español en Ramala, que aconsejó a los trabajadores humanitarios abandonar la ciudad, Otero, de la Asamblea de Cooperación por la Paz, a diferencia del resto de sus compañeros, decidió quedarse. 'Es una decisión estrictamente personal, nadie puede obligarme a que me vaya. Ya sé que una persona sola no hace nada, pero si nos vamos todos, no quedarán testigos que puedan contar lo que está pasando aquí', afirmó ayer en conversación telefónica con este diario.
Otero, de 39 años, asegura que ésta es la mayor ofensiva israelí en la capital palestina. La cooperante española dice no temer por su vida y estar preparada para afrontar su cautiverio. 'Cuando empezaron los rumores de una nueva invasión, todos nos hicimos con provisiones, sobre todo agua, pilas y velas'. 'No se sabe qué pasará en los próximos días, pero aquí todo el mundo habla de que esta ocupación va a durar más que la anterior', asegura Otero. Junto a ella, un cooperante canadiense y dos europeos siguen en Ramala.
Retirada de Ramala
El resto de las ONG españolas y casi todas las extranjeras se anticiparon a la orden dictada ayer por Israel a los ciudadanos extranjeros de abandonar los territorios palestinos y se retiraran de Ramala. 'No tenía ningún sentido quedarse, nuestra oficina no tiene luz ni línea telefónica. Así no se puede trabajar', asegura Vicente Raimundo, coordinador regional del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Liberación. 'Nos hemos retirado de forma preventiva', añade Xavier Martín de la ONG Paz y Tercer Mundo, desde Jerusalén este, donde se han recluido la mayoría de los cooperantes que hasta el jueves trabajaban en los territorios palestinos. Algunas de las organizaciones, se plantean incluso trasladar sus oficinas definitivamente a Jerusalén.
Las autoridades israelíes impidieron el viernes la entrada de una delegación española de observadores internacionales que pretendía visitar los campamentos de refugiados palestinos y entrevistarse con el líder palestino, Yasir Arafat. El grupo fue retenido en el aeropuerto de Tel Aviv y devuelto a España sin poder salir del aeropuerto. 'Antes de que aterrizáramos, ya habían dado la orden de preparar un avión de Iberia para que nos devolvieran', explica Marta Iglesias, miembro de la delegación. Una comitiva de observadores europeos, en la que viaja el líder antiglobalización francés José Bové, logró entrar en Ramala el jueves.
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