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Reportaje:DEBATE

¿Quién tiene que pagar el coste ambiental que genera el turismo?

Los hoteleros rechazan la ecotasa que propugna Baleares

La estadística es contundente sobre el peso de la actividad turística en el conjunto de la economía de la Comunidad. Según datos facilitados por la Agencia Valenciana de Turismo, el consumo turístico supera el billón de pesetas anuales, su aportación al PIB valenciano rebasa el 11,5% -la mayor tasa de contribución del turismo al PIB de todas la comunidades autónomas peninsulares- y, además, representa en torno al 10% de la población activa en cuanto a generación de empleo directo e indirecto. Este volumen económico lo genera la siguiente oferta reglada de plazas: más de 92. 0000 plazas en establecimientos hoteleros, casi 130.000 plazas en apartamentos turísticos, 66.000 en cámpings, y cerca de 4.500 plazas de alojamiento rural. Esta oferta, que se completa con miles de plazas de apartamentos alquilados al margen de la ley, convierten, de nuevo a la Comunidad, en líder de las regiones peninsulares en viviendas de potencial uso turístico. Las pernoctaciones en 2001 en establecimientos hoteleros fueron de 20.387.618 - de las cuales algo más de 11 millones fueron visitantes españoles y el resto extranjeros-. Mientras, en los cámpings el número de pernoctaciones ascendió en el mismo año a 5.036.775.

La catarata de datos positivos que rezuma la actividad turística ha tenido una víctima: el medio ambiente, que ha sufrido una doble agresión: la primera, la urbanística, es irreversible: la línea de costa -excepto los escasos rincones que la Ley de Costas de finales de los ochenta preservó- está ya amoldada a las necesidades de los turistas. La segunda, la contaminación que genera este formidable trasiego de visitantes, aún se puede paliar.

El Gobierno Balear, que preside el socialista Francesc Antich, tras obtener el visto bueno del Tribunal Constitucional, aplicará a partir del 1 de mayo la denominada ecotasa, un impuesto que gravará la pernoctaciones de los turistas en los establecmientos turísticos del archipiélago, a razón de una media de un euro por visitante y día. El objetivo de los socialistas de las islas es claro: reparar el coste medioambiental que genera la actividad turística. Antich está convencido de que la ecostasa no va tener influencia sobre el movimiento de turistas, 'los precios hoteleros en 2001 subieron un 11%, y ningún tutista dejó de venir', razona.

La iniciativa del ejecutivo balear, que cuenta con el respaldo de la ejecutiva federal socialista, ha generado en los últimos meses un hondo debate socio-político, más intenso si cabe en los otros núcleos turísticos de España por Excelencia, como Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Además, del apoyo del PSOE y también de la ejecutiva nacional del PPSV, Antich cuenta con el respaldo de la dirección nacional de IU, cuyo coordinador nacional, Gaspar Llamazares, ha llegado a acusar al Gobierno del PP de 'insensiblidad' ante los retos turísticos y ecológicos. También el grupo Iniciativa per Catalunya-Verds se suma a la ecotasa y ha solicitado a la Generalitat de Cataluña que incluya la apliación del impuesto en la nueva Ley de Turismo, que el Parlamento catalán aprobará antes del próximo verano.

Los grupos ecologistas aplauden la ecotasa que propugna el Gobierno de Baleares. Y a estos colectivos también se han sumado voces de reconocidos expertos en la materia. Éste es el caso Ramón Martín Mateo, catedrático de Derecho Administrativo y ex rector de la Universidad de Alicante, quien está a favor de la aplicación del impuesto y critica a los hoteleros no haber sabido asimilar la situación. 'El principio de la tasa no es un castigo en sí, sino un tributo que se paga para no contaminar, lo cual redunda en beneficio del usuario', explica. Fernando Vera, catedrático de Análisis Geográfico, abunda en este sentido y apuesta por 'repensar el modelo turístico y hacerlo sostenible'.

Los principales detractores de la ecotasa son los hoteleros baleares. La intensidad de su oposición a la iniciativa de Antich ha llevado al Gobierno del PP a presentar un recurso de inconstitucionalidad, que inicialmente el alto tribunal ha fallado en favor del Gobierno balear. Mientras los hoteleros catalanes y los valencianos mantienen posturas contrarias ante el nuevo tributo: Los primeros son receptivos; los segundos lo rechazan frontalmente, bajo el argumento de que una nueva imposición mermaría la competitividad del sector y alentaría la economía sumergida.Los hoteleros valencianos no están solos en su oposición a una hipotética aplicación de la ecotasa. El máximo responsable púlbico del turismo valenciano, Roc Gregori, rechaza la propuesta. 'Una barbaridad [la ecotasa]. Es injusta y negativa para la actividad turística', dijo en una entrevista a este periódico.

Baleares será pionera a la hora de aplicar una normativa para compaginar el turismo con el medio ambiente. Pero pionera en España, porque en Europa ya se han dado pasos en este sentido. En Alemania, por ejemplo, se aplica la Kurtaxe, impuesto para acceder a las playas públicas. El que no paga no puede ni pisar la arena.

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