El asesino de Nanterre se tira al vacío desde una comisaría tras un grave fallo policial
La alcaldesa de la ciudad dice que el suceso es 'indigno de un país como Francia'
'Esto es odioso, incalificable, indigno de un país como el nuestro'. Jacqueline Fraysse, alcaldesa de Nanterre, resumió así la indignación general ante la serie de circunstancias que permitieron el jueves el suicidio de Richard Durn, en plena Brigada Criminal de París, horas después de que este hombre de 33 años asesinara a ocho concejales de su Ayuntamiento e hiriera a otras 19 personas. Pese a encontrarse junto a dos policías, Durn abrió el tragaluz de la habitación en la que estaban interrogándole, saltó al tejado y se arrojó al patio del edificio, donde se estrelló contra el suelo.
La alcaldesa de Nanterre, militante del Partido Comunista, es una mujer de edad media y de aspecto tan sencillo como frágil. Rota por la emoción de dos días de pesadilla, reprimió las lágrimas y sostuvo la voz para recordar la entereza con que Durn fue retenido por miembros de su Ayuntamiento en la madrugada del martes al miércoles, cuando acababa de matar a ocho personas y estaba recargando las armas para completar la carnicería.
'Con peligro de su vida, los concejales se lanzaron sobre ese hombre y le quitaron sus armas. Han resultado gravemente heridos, y en el hospital se enteran de que este hombre se ha suicidado. Yo quiero, nosotros queremos saber cómo este hombre ha podido hacer esto en el Quai des Orfêvres [sede de la Brigada Criminal]. Las familias necesitaban que hubiera un proceso para saber el cómo y el porqué, y ahora se les ha privado de ello', dijo Fraysse.
La alcaldesa expresó así toda la emoción de una ciudad de 85.000 habitantes, a 12 kilómetros de París, que no puede comprender esta sucesión de tragedias inexplicables. La versión oficial de los hechos -pendiente de una investigación formal- sostiene que Durn se lanzó por la ventana de un cuarto piso, desde la habitación en que dos funcionarios de la Brigada Criminal llevaban 20 minutos interrogándole. Uno de ellos le pidió que se levantara y acudiera a su mesa para consultar un documento. El asesino abrió rápidamente la ventana de la buhardilla y saltó al tejado, y de ahí al vacío. La habitación en que se encontraban tenía dos puertas y ambas estaban 'cerradas con llave', según esas primeras informaciones.
La habitación donde se efectuaba el interrogatorio no tenía barrotes. El detenido tampoco llevaba puestas las esposas, que le hubieran dificultado la libertad de movimientos. Sectores policiales contrarios al sistema de garantías vigente en Francia insinuaron que la culpa es de la 'ley de la presunción de inocencia', que, según ellos, limita el uso de las esposas a los traslados de los sospechosos; varios sindicatos policiales advirtieron de que se opondrán a que se cuestione a la Brigada Criminal, 'una unidad de élite'.
El ministro del Interior, Daniel Vaillant, compareció en la televisión pública para reconocer 'una grave disfunción' en la sede de la policía parisiense. El ministro agregó que 'hay demasiadas armas en Francia' y acusó implícitamente a la derecha de haberle impedido un control mucho más estricto, como él intentó en el otoño pasado por medio de la ley de seguridad ciudadana.'He dado prioridad a la persecución del tráfico de armas, sobre todo el de armas de guerra que vienen principalmente de los Balcanes', explicó el ministro. 'Yo quería aún más severidad con todo tipo de armas, pero, desgraciadamente, el Senado (de mayoría conservadora) no quiso seguirme, en nombre de la libertad de los cazadores y de los deportistas', agregó Vaillant. Uno de los lobbies más importantes de Francia es el de los cazadores, constituido en movimiento político, que se enfrenta frecuentemente a los ecologistas y que presenta un candidato a la presidencia de la República.
Numerosos políticos de izquierda salieron ayer al paso del presidente francés, Jacques Chirac, por meter en el mismo saco la inseguridad ciudadana y la matanza llevada a cabo por un desequilibrado.
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