Irak logra apoyo de la Liga y se reconcilia con Kuwait
Irak ha sellado en la cumbre de la Liga Árabe su reconciliación, o al menos el fin de las hostilidades, con el resto de los miembros. El vicepresidente iraquí, Ezzat Ibrahim, ha tenido un papel estelar en la cumbre y ha logrado prácticamente todo lo que quería, desde la condena sin paliativos a cualquier plan de intervención norteamericano en su país a la reconciliación con su víctima de 1990, Kuwait, y su principal enemigo árabe en la región hasta hace poco, Arabia Saudí, así como el levantamiento de las sanciones internacionales contra Bagdad.
'Los líderes árabes saludan el compromiso de Irak de respetar la soberanía e independencia del Estado de Kuwait y la garantía a su seguridad y su unidad para evitar así cualquier cosa que pudiera provocar una repetición de lo acontecido en 1990'. Con tanto eufemismo para referirse a la invasión y a la guerra celebraba ayer un comunicado de la cumbre de la Liga Árabe el acuerdo entre ambos países, que, sin embargo, no especifica si Kuwait ha logrado la liberación de prisioneros que llevan ya una década en cárceles iraquíes o la devolución del botín de guerra expoliado por el régimen de Sadam Hussein antes de la intervención militar aliada que llevó a la liberación del emirato.
Izzat Ibrahim y el príncipe heredero saudí, Abdalá, enemigos mortales también hasta hace poco, se dieron cuatro besos en público para sellar esta reconciliación entre 'hermanos árabes'. 'El problema está resuelto', sentenció un representante de Qatar en la cumbre de Beirut.
EE UU apoya el plan
El fiasco del vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, en su reciente gira por países árabes intentando recabar apoyo para una intervención militar contra Irak tuvo ayer su continuación en Beirut. Está claro que unas adhesiones, unos saludos y besos son más sinceros que otros. Pero el fracaso de la política de Washington en esta nueva campaña política previa a la militar es evidente y sangrante. El tándem formado por Bush y Sharon ha conseguido lo que ningún ideólogo panárabe había logrado en 50 años.
[El Gobierno de EE UU expresó su apoyo a la propuesta de paz saudí aprobada en Beirut, pero puntualizó que Israel y los árabes deberán negociar los detalles prácticos de un futuro acuerdo, informa Reuters. 'Damos la bienvenida a la decisión unánime de la cumbre', declaró Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca, a un grupo de periodistas en Dallas, donde el presidente de EE UU, George W. Bush, asistió a varios actos de recaudación de fondos.]
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