Una estadounidense permanece en huelga de hambre para pedir la ordenación femenina y el celibato opcional
Una maestra estadounidense, Janice Sevre-Duszynksa, está llevando a cabo una huelga de hambre para pedir la ordenación femenina y el celibato opcional para el sacerdocio. La activista inició el ayuno el pasado domingo frente a la catedral de la ciudad donde reside, Lexington (Kentucky, EE UU). Prevé mantenerlo hasta el próximo sábado.
Sevre-Duszynksa lleva años luchando en pro del sacerdocio femenino. Para ello ha recurrido a distintas acciones: desde pedir la ordenación femenina en medio de una misa hasta colgar pancartas en las calles de Roma. 'Siempre estamos buscando estrategias diferentes. En Estados Unidos, dos tercios de los católicos quieren mujeres sacerdotes y celibato opcional. Rezamos para que ambos cambios lleguen a la vez,' manifestó a este diario la veterana activista con vocación sacerdotal.
El pasado 2 de febrero, Sevre-Duszynska entró en una ceremonia de ordenación de diáconos en la Catedral Cristo Rey en Atlanta (Georgia), pese a no disponer de invitación. Cuando le insistieron para que se fuera, se sentó en el suelo y dijo: '¡Ordenen a mujeres sacerdotes!' Poco después, una policía se la llevó esposada a la cárcel. En libertad bajo fianza de 478 euros, ahora espera el juicio.
No todos están dispuestos a llegar a medidas tan radicales, pero Sevre-Duszynska cuenta con muchos apoyos en EE UU. La organización a la que pertenece, Action Purple Stole (Acción Estola Púrpura), es sólo una de las redes de entidades eclesiásticas que quieren concienciar a la sociedad sobre la falta de igualdad en la Iglesia católica.
El verano pasado, Sevre-Duszynska se reunió con otras 374 personas, en su mayoría mujeres, para celebrar la primera Conferencia Mundial Sobre Ordenación Femenina (Women's Ordination Worldwide) en Dublín. La monja Joan Chittister, una benedictina de Irie, Pensilvania, fue una de las oradoras clave. Asistió a la conferencia a pesar de las amenazas del Vaticano de que habría un 'castigo justo' si iba a Dublín. De las 128 monjas de la comunidad de Chittister, 127 la respaldaron en su decisión de asistir y prometieron compartir su pena si era castigada. El Vaticano no ha tomado aún ninguna medida.
'Me impresionó profundamente la exposición fenomenal de fe y esperanza que hubo en Dublín', explica Chittister. 'No fue radical ni desafiante, sino comprometida y llena de fe. Las asistentes no desafiaban a la religión, ni a su fundador, sino a las estructuras institucionales y las interpretaciones jerárquicas', añade. Esta benedictina ha escrito mucho sobre los valores femeninos. Considera que, sin mujeres sacerdotes, la Iglesia católica lee la Biblia con un solo ojo.
'Nuestro movimiento está basado en reivindicar la santidad de lo femenino y en lograr un lugar para las mujeres detrás del altar', asegura por su parte Sevre-Duszynska. El movimiento de ordenación femenina se vinculó oficialmente en la conferencia de Dublín con el símbolo de la estola púrpura. 'Éste es un símbolo de luto para los talentos perdidos de las mujeres que se sienten sacerdotes. El color púrpura es una señal de esperanza y anticipación durante el Adviento. Durante la Cuaresma, es una señal convocando la conversión y la penitencia,' explica la maestra estadounidense.
Sevre-Duszynska, que prevé mantener su ayuno hasta el próximo sábado, invita a los simpatizantes de la ordenación femenina a rezar frente a las puertas 'cerradas' de las iglesias durante la Semana Santa. 'Es una forma de recordar a quienes no tienen la llave para participar completamente en la Iglesia', dice.
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