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Reportaje:APUNTES

Estudiantes sin fronteras

Las universidades se abastecen de recursos y buscan acuerdos en favor de la movilidad

Más de 2.900 universitarios valencianos estudiarán en el extranjero este curso. La alternativa más atractiva es el programa Sócrates-Erasmus, que cubre los destinos de la unión europea. Los Erasmus valencianos pueden percibir 110 euros (18.000 pesetas) al mes en el caso de la universidad de valencia, o 210 euros mensuales (35.000 pesetas) si proceden de la politécnica, la de alicante o la Jaume I. 'Nosotros les decimos que les va a costar dinero', advierte Inés Fernández, jefa del gabinete de relaciones internacionales de la universidad de valencia. 'Hay', apostilla, 'más ayudas que cuando surgió hace unos diez años, pero al incrementar el número de estudiantes, la financiación se ha reducido proporcionalmente'. En la financiación del programa colaboran la UE, el ministerio de educación, la consejería de cultura, entidades bancarias y la propia universidad. 'El mínimo de los Erasmus financiables es de 18.000 pesetas mensuales, la cantidad depende de la política de cada universidad. La agencia nacional incrementa las ayudas en función de la movilidad de la universidad', explica Alfredo Masó, director del secretariado de cooperación y relaciones internacionales de alicante, que se compromete a aumentar a 40.000 pesetas mensuales la dotación. Aunque a la cabeza, el Erasmus no es el único programa, ni el mejor dotado. Las universidades amplían poco a poco las posibilidades de movilidad internacional a través de convenios bilaterales, que permiten estancias allí donde el Erasmus no llega. A los 490 acuerdos europeos de la universidad politécnica, se añaden alrededor de 240 adicionales con universidades de EE UU, Australia, Iberoamérica, Canadá, Japón, norte de África, países del este y oriente medio, a través del Promoe (programa de movilidad estudiantil). Este programa propio se muestra más generoso: entre 240 y 480 euros mensuales y una bolsa de viaje de 601 euros, financiados con los 270.455 euros (45 millones de pesetas) que aporta la universidad. El año pasado participaron 162 alumnos y este año, 130 a falta de la convocatoria de agosto. La universidad de valencia, por su parte, invertirá 27.000 euros en programas propios de movilidad.

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Cada universidad se busca la vida como puede para promover la movilidad. La Universidad de Alicante registra un incremento considerable en el flujo de erasmus: este año serán 528 los estudiantes beneficiados, 330 más que en 1996. Pero su radiografía demuestra que es una universidad receptora: este curso tiene previsto acoger 700 estudiantes extranjeros en su campus. Por otra parte, en la actualidad financia con 112.000 euros la estancia de los 14 alumnos y 29 profesores latinoamericanos que participan en un programa de intercambio académico convocado por la Agencia Española de Cooperación Internacional. La asimetría entre los que se van fuera y los visitantes se hace patente en los programas propios, hasta ahora inexistentes, pero se comenzarán a implantar a partir del curso próximo. La Miguel Hernández tampoco dispone de programas propios, pero es una asignatura pendiente que también tiene previsto superar después de las vacaciones de verano.

Para el curso próximo, en la Universidad de Alicante se han firmado convenios con la Universidad de Colima (México), Canadá y la Universidad de Miami, para lo que se invertirán más de 7 millones de pesetas. Está previsto que los beneficiarios reciban una mensualidad de 40.000 pesetas. Todavía se desconoce el número de estudiantes alicantinos dispuestos a estudiar en Latinoamérica, aunque 'es inferior, por el menor interés académico de los estudios', según Gaspar Hernández, responsable técnico de la Oficina de Relaciones Internacionales y Cooperación de esta universidad. Por otra parte, se pretende enviar alicantinos a una docena de universidades asiáticas el próximo mes de septiembre. A través del Centro de Estudios Orientales de la Universidad de Alicante, una decena de jóvenes chinos estudian en el campus alicantino, pero, según su director, Bryn Moody, 'es más difícil enviar a españoles allá' por cuestión de 'idiosincrasia'. Moody reconoce la necesidad de convenios para salvar las elevadas tasas académicas de los destinos.

Experiencias personales

Uno de los programas de la Universidad de Valencia permite estudiar un año en la Universidad de Waseda (Japón). 'La ayuda que se le da al estudiante, 900 euros, quizá sea demasiada escasa, pero permite matricularse gratis', comenta Inés Fernández, responsable del Gabinete de Relaciones Internacionales de esta universidad. Pablo Salvador, imbuido en la cultura nipona tras su estancia en Alemania como erasmus, es un estudiante que aprendió japonés en Waseda. 'Se dice que la mejor universidad pública es la de Tokio y la mejor privada, la de Waseda. Allí no es tan importante la carrera elegida sino el centro', aclara. Tanto en su experiencia alemana como en la japonesa, le sorprendió que el país de origen becara al estudiante. 'En Alemania recibí 300.000 pesetas, sin pedirlas'. El Gobierno japonés paga el viaje y 105.000 yenes. La Universidad de Valencia destina 27.000 euros (4.500.000 pesetas) a programas de intercambio propios. Paga 900 euros al estudiante, o llega a acuerdos para que los centros subvencionen el hospedaje.

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Antonio Castro, ingeniero de Telecomunicaciones de la Politécnica se marchó a Oklahoma a realizar el proyecto fin de carrera. Le concedieron la Erasmus y la Promoe, y optó por la última. 'El destino era más atractivo para mis estudios'. En cuanto al dinero, abonó 'unas 200.000 pesetas adicionales a la beca'. La clave, saber administrarse: 'La residencia universitaria, me costaba unas 30.000 pesetas y recibía unas 50.000 al mes, aunque las mensualidades llegan a posteriori'. Jesús Ruiz, estudiante de Filología Catalana en la Universidad de Valencia, que fue erasmus en Frankfurt dice que 'la beca se queda corta'. No pidió créditos, pero trabajó en el comedor universitario. A la vuelta, realiza prácticas remuneradas en la Oficina de Intercambio de Estudiantes, con una cuantía muy superior al dinero que percibió como erasmus.

Para completar la financiación del programa Erasmus, la Universidad Politécnica aporta más de 675.082 euros. Además de contar con el mayor número de estudiantes erasmus de la Comunidad Valenciana, esta universidad es sede de AGEE-Valencia, la antena de la asociación europea encargada mediar con alumnos extranjeros.

La Universidad de Castellón se supera año tras año en el intercambio: 231 alumnos salientes (24 de ellos a través de programas propios) y 138 visitantes, lo que supone un aumento de un 10%, con respecto a 2001. El destino favorito de los alumnos castellonenses en programas propios es EE UU. Para el próximo curso se han firmado convenios con 83 universidades, que afectan a 269 plazas. En el programa Erasmus la Universidad Jaume I destinará 120.202 euros (20 millones de pesetas) y más de 216.364 euros (36 millones de pesetas) en ayudas.

El dinero del Ministerio

'Lo que no tiene sentido es que un estudiante perciba la ayuda después de volver del viaje', reprocha Inés Fernández, jefa del gabinete de Relaciones Internacionales de la Universidad de Valencia, refiriéndose al porcentaje que aporta el Ministerio de Educación al programa Eramus. 'Envía las ayudas muy tarde y distribuyen el presupuesto como quieren. Ignoramos la dotación del curso pasado y de éste, porque si se nos comunicara, al menos la universidad adelantaría el dinero'. Algunas universidades adelantan el dinero, otras lo donan cuando el estudiante regresa. Según las estimaciones de la Universidad Jaume I, el Ministerio debería aportar este año 30.050,8 euros (5 millones de pesetas) y unos 39 millones de pesetas a la Universidad de Valencia, según la última aportación en el curso 1999. Este año esta universidad cerrará con 854 erasmus, 74 menos que la edición anterior. Fernández opina que la caída es 'circunstancial' y puede deberse a 'que la financiación no ha incrementado con el coste de vida', lo que ha desalentado a los estudiantes'.

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