Fenoll, ¿amigo o testaferro?

El empresario de Orihuela y militante del PP Ángel Fenoll Pérez es amigo del poder político en La Vega Baja en similar medida en la que el poder ha sido amigo de Fenoll; una relación contractual interesada e intensa, quizá perversa y espuria que, retroalimentada con dosis permanentes de connivencias mutuas, ha permanecido demasiado tiempo impune.

La sentencia de la Audiencia de Alicante que ha condenado a este activo militante del PP a un año de prisión, por conferir una coartada impúdica al ex consejero y ex alcalde Luis Fernando Cartagena mediante una burda falsificación de facturas, alude a la estrecha amistad entre ambos -'es amigo mio desde hace más de 30 años', admitió Cartagena en el juicio- y también resalta la gran cantidad de obras y contratas públicas obtenidas por este empresario. Pero, ¿quién es Fenoll?

Cuando la basura se recogía en carros tirados por mulas y Cartagena estudiaba Medicina en Madrid, Fenoll era un humilde trabajador de la pedanía oriolana de La Aparecida que recogía cartones y chatarra. Su suerte comenzó a cambiar en 1986, con la llegada de Cartagena al poder en Orihuela mediante una moción de censura al entonces alcalde socialista, Vicente Escudero. Para empezar, le adjudicó directamente (sin concurso) la contrata de la recogida de basuras de las playas y de las pedanías oriolanas, un negocio suculento del que arranca el imperio empresarial del militante popular.

Cartagena encomendó el trabajo sucio del partido en Orihuela al entonces concejal y luego diputado provincial Pedro Barrios Canales y éste, a su vez, confió a su amigo Fenoll la parte más turbia de aquel encargo. Cartagena, que en 1987 había convalidado la alcaldía en las urnas, concurrió a las elecciones locales de 1991 como favorito indiscutible. Ganó de calle, pero su victoria se vio empañada tras descubrirse que Fenoll había comprado votos por correo para el PP a varias familias gitanas del municipio, a las que el empresario daba empleo en su ya próspero negocio de recogida de basuras. Fue condenado por esos hechos, pero aquella sanción no abortó su carrera empresarial, como tampoco frenó el ascenso político de Cartagena que, en 1995, se convirtió en el alcalde más votado de España de una ciudad con más de 50.000 habitantes.

Cartagena abandonó la alcaldía de Orihuela para formar parte del primer Gobierno de Eduardo Zaplana. Pero su traslado a Valencia no alteró su estrecha vinculación con el empresario de las basuras. Uno de los episodios más turbios e inéditos de la relación entre Cartagena y Fenoll ocurrió en 1997, cuando el primero ostentaba el cargo de consejero de Obras Públicas y estaba en juego la adjudicación de una fase del metro de Valencia. A una de las empresas aspirantes a aquella contrata, Ferrovial, se le garantizó supuestamente que ganaría el concurso si compraba por 3.000 millones de pesetas la empresa de Fenoll, Colsur, SL, mercantil cuyo valor estimado por entonces no alcanzaba los mil millones. Ferrovial rechazó esa presunta oferta y el caso se resolvió con la destitución fulminante del entonces director general de Transportes, el oriolano y amigo de Cartagena Claudio Solano.

Por entonces, Fenoll ya había tejido una red de sociedades limitadas que aún hoy siguen activas: Colsur, Limplac, Seguridad Oriol, Calzados Oriol, San Onofre La Aparecida, Proambiente, Hijos de Antonio Fenoll, Obramer y Fenalcón. Por ellas han pasado centenares de trabajadores, entre otros, familiares directos de relevantes cargos públicos del PP como Carmen Zaplana Hernández Soro, hermana de Eduardo Zaplana, e hijos del ex diputado regional del PP Manuel Llorente, otro de los grandes amigos de Ángel Fenoll.

Su implicación en el caso de las monjas -en el que Cartagena ha sido condenado a cuatro años de prisión por malversar caudales públicos y falsedad- y su participación en la compra de votos para el PP no son los únicos problemas que Fenoll ha tenido con la justicia. Fue detenido por tenencia ilícita de armas y en la actualidad está inmerso en varios procesos judiciales, como la presunta falsificación de documentos para obtener una contrata en Dolores (La Vega Baja) o la supuesta compra de uno de los concejales disidentes del PP de Orihuela, entre otros.

Fuentes próximas al empresario recuerdan el incendio que sufrió la sede de su empresa previa inspección de Hacienda. Sin ambages, se escudó en ese siniestro ante el tribunal que lo ha juzgado este mes para justificar que la supuesta contabilidad del dinero que le entregó Cartagena para obras sociales había sido pasto de las llamas.

Con el presunto apoyo de cargos públicos del PP, ha obtenido cerca de una veintena de contratas públicas de las administraciones autonómica, provincial y local. Y ahora, más que nunca, se cuestiona si Ángel Fenoll es amigo o testaferro de aquel poder desplegado en Orihuela por Luis Fernando Cartagena.